Con un show gratuito en el Planetario ante 10 mil personas, los Fabulosos pusieron en marcha su esperado retorno. Poco antes de las 18 horas, el panorama en el Planetario era similar al de una fiesta.

La noticia ya se había hecho pública: Los Fabulosos Cadillacs darían un recital gratuito, el primer paso de su operativo regreso, que incluirá una gira por Latinoamérica, Estados Unidos y España, y un disco con temas nuevos y reversiones de sus clásicos.

La gente entonaba Quiero morir tocando ska o Yo no me sentaría en tu mesa, cantaba contra Soda Stereo y escuchaba a The Smiths y viejas tonadas jamaiquinas mientras aguardaba al combo y le ponía el pecho al frío. Luego de que los plomos de LFC quisieran poner un telón en el escenario (en vano, ya que el viento lo voló) la espera terminó: unos acordes dub dieron comienzo al regreso más esperado de la temporada 2008.
Vicentico, de traje, sobretodo y con su tradicional bastón; el Sr. Flavio, elegante de pantalones rojos; el histrionismo tradicional de Sergio Rotman; un Mario Siperman más que parecido a Donald Fagen; la calidad en el golpe de Fernando Ricciardi, Daniel Lozano y su calva habitual, y los invitados Hugo Lobo y Matías Brunel: la nueva formación de los Caddys arrancó con El león, y la fiesta comenzó. Acto seguido, el hardcore dijo presente para Mi novia se cayó en un pozo ciego. Mr. Fernandez Capello se reía en escena, contento; la banda reflejaba su comunión en vivo y la multitud deliraba.
Demasiada presión, Siguiendo la luna (con Rotman en guitarra y Vicentico diciendo Esto es de verdad, como un tiro por elevación a otros regresos) y Mal bicho: el repertorio resultaba imbatible. En medio de este último, el frontman (que ya había dejado su distinción inicial para transformarse hacia su habitual personaje de lumpen con garbo) se dirigió a la audiencia con un Hola, guachos. Luego, le dedicó Este y todos los shows que haremos a Gerardo Rotblat, lo que motivó vivas al fallecido percusionista y presentaron un tema nuevo de pura cepa Fabulosa: La luz del ritmo.
Chau, nos tenemos que ir, por contrato, bromeó Vicentico. Menos de un minuto después, El satánico Dr. Cadillac le ponía punto final al concierto. Un desubicado prendió una bengala, nadie dijo nada, y la banda se despidió. La próxima cita, el 12 de diciembre en River. Ellos nos avisaron.