El presidente de la AFA vino para acompañar a Lerche en su asunción. Además, visitó el predio de Colón y la tumba de Ángel Malvicino.

Foto Luis Cetraro

Este viernes -a 15 años de su última visita- arribó a la ciudad de Santa Fe el presidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), Julio Humberto Grondona, quien vino para acompañar a Germán Lerche en la asunción de su segundo mandato consecutivo como presidente de Colón, este viernes por la noche.

Entre otras actividades, visitó el predio que Colón inauguró hace pocas semanas, y allí fue abordado por los periodistas, quienes lo consultaron sobre diversos temas.
Respecto del acuerdo sobre los contratos de los jugadores menores de 23 años, dijo que poco a poco tenemos que ir adaptándonos a los tiempos que estamos viviendo, y poder respaldar a los clubes dentro de unos años en la tarea que hicieron siempre, que es la formación de jugadores, para que no pierdan cuando se le van sus jugadores y no reciben compensación a cambio, como le ocurrió a Colón con Martín Bravo.
Sobre el aspecto formativo, Grondona aseguró que si los dirigentes de todos los tiempos, pero fundamentalmente de los últimos años, no se hubieran ocupado como lo hicieron de la infraestructura que hay en la mayoría de los clubes, el fútbol argentino no estaría ubicado como lo está, ni los jugadores jóvenes podrían tener las expectativas que tienen.
De casos como el de Bravo, el titular de la AFA mencionó que no hay trampa de los empresarios, sino que son actitudes que toman porque las circunstancias le dan la posibilidad de pensar únicamente en beneficios que pueden ser puntualmente de un momento, y no en el futuro, y explicó que por eso tenemos 200 o 300 jugadores (argentinos) en el exterior, pero hay un alto porcentaje que se quiere volver, porque no es para todos.
Específicamente, del delantero Martín Bravo dijo que se habló (de él) en los últimos cuatro partidos. Yo, la verdad, es que no sabía ni quién era Bravo. Se lastimó un ‘forward’ (delantero) de San Juan, salió (Bravo) a jugar e hizo goles. Vamos a decir la verdad.
La selección a Santa Fe: difícil, casi imposible
Respecto de si se sigue conversando con los dirigentes para traer a la selección a Santa Fe, Julio Grondona fue contundente: no hay selección argentina, si están todos sus jugadores afuera. ¿Cuándo pueden venir?.
Para despejar dudas
Lo más grande que tuvo Colón fueron los últimos partidos que jugó (del Clausura 2008), sentenció el presidente de la AFA. La mayoría pensaba muy mal con respecto a los resultados deportivos que podía haber en la última fecha, que estaba arreglado y que Colón se iba al descenso, y ahora no escucho que nadie diga nada.
También se encargó de demostrar que, por ser él el titular de la Asociación de Fútbol Argentino, no hace abuso de poder. Para ello mencionó el hecho de que Antonio Mohamed siga como entrenador de Colón, luego que al finalizar el Clausura fuera pretendido por Arsenal de Sarandí, que es el club que yo fundé. Sin embargo el Turco cumplió su palabra y se quedó en Santa Fe, y eso es otro hecho para que no puedan pensar que queríamos sacarle el técnico.
Sobre este tema, agregó que tengo un hijo (que trabaja) en Talleres de Córdoba y jugó la promoción. Por algo se está 30 años en un lugar.
Homenaje a Don Ángel Malvicino
Finalmente, Grondona también se tomó un momento para visitar la tumba de Don Ángel Malvicino, de quien confesó haber copiado muchas cosas, fue un colaborador permanente durante años, y compartimos mucho.
Del máximo dirigente en la historia unionista agregó que fue un hombre de esos que salen de tanto en tanto. Él vivió para Unión, siempre tenía latente el pensamiento de los tatengues. Y esa era una época mucho más difícil que la de ahora. Había que estar ahí, defendiendo situaciones.
Siempre fue muy capaz para resolver las cosas, y sin pensar en uno mismo, aseguró el presidente de AFA.
Por último, le dejó como mensaje a los hinchas de fútbol en Santa que en este deporte se gana, se pierde, y se empata, y que los dirigentes de Unión y Colón hacen lo imposible para estar en los mejores lugares, como lo hacen todos los demás, aunque no siempre se pueda ganar.