Depresión, ansiedad, problemas respiratorios e incluso la muerte. Éstas son las consecuencias que dejaron a centenares de personas los atentados del 11-S.

Aunque ya pasaron siete años del ataque terrorista, residentes de la zona financiera, entre ellos niños, trabajadores en oficinas colindantes en la Zona Cero y aquellos que colaboraron en las operaciones de rescate, continúan sufriendo los «daños colaterales» del trágico suceso que quitó la vida a 2.751 personas.