Con un gol de Alfredo Ramírez en la primera etapa, Colón le ganó a Huracán 1 a 0 y quedó al frente en la tabla de posiciones.

Foto Diario UNO

El equipo de Mohamed tuvo una sólida tarea en defensa y le cerró los caminos al local. Tal cual se suponía y, por lo que ambos mostraron a lo largo del torneo, se iba a dar un partido de ida y vuelta. Huracán intentaba jugar bien la pelota y Colón sorprendió en los primeros minutos por la presión que ejerció sobre los volantes del equipo de Ángel Cappa, como por ejemplo Mario Bolatti.


Con Sciorilli movedizo, Prediger siendo un pacman y los pelotazos para Mena que ganaba casi siempre, el Sabalero se sintió cómodo en el primer tramo del encuentro.
En los primeros minutos, dos centros del colombiano complicaron a la defensa local.
A Huracán le costaba progresar en la cancha y no tenía el toque de partidos anteriores. Ésa era su principal carencia.
La primera acción clara fue una corrida de Leandro Díaz, quien fue hasta el fondo y, su centro, fue conectado por Nieto. Pozo apareció para mandar al corner el balón y salvar su arco. Casi de inmediato, tras una extraordinaria habilitación de Sciorilli, Alfredo Ramírez de volea, puso el 1 a 0. Golazo.
Tres minutos después, un quite de Prediger y un pelotazo de éste a Fuertes, creó zozobra en el arco de Monzón. El 20 Rojinegro llegó un tanto desarmado y remató, pero el arquero local la sacó al corner.
A partir de allí, Huracán comenzó a manejar la pelota en base a apariciones de Pastore y De Federico.
Un tiro libre de Toranzo se fue cerca; un cabezazo de Prediger terminó desviado. Era de ida y vuelta hasta ese momento el encuentro. Pero, promediando el primer tiempo, Huracán inclinó la cancha a su favor, aunque carecía de la profundidad necesaria para marcar.
Un remate de De Federico dio en el palo cuando dos de sus compañeros estaban en offside, no cobrado por Brazenas. La última fue un cabezazo bárbaro de Nieto que, de manera estupenda, Pozo terminó sacando al corner.
A Colón le costaba tener la pelota y todo lo contrario era Huracán. El pecado del Globito fue la falta de profundidad hasta el arco Sabalero.
Fue un primer tiempo de ida y vuelta en gran parte del mismo. Una etapa en la cual el elenco de Mohamed aprovechó una situación clara y se fue al descanso disfrutando de la ventaja aunque, quizás, lo más justo hubiese sido la igualdad.

El complemento

En el segundo tiempo se vio otra cosa. Ya no fue de ida y vuelta. Huracán salió a apretar en busca del empate, pero de todas maneras no tuvo fluidez en el manejo de pelota. No abundaron las situaciones de peligro ante el arco de Pozo y, el equipo de Mohamed, se fue tranquilizando con el correr de los minutos. Es que además lo ayudó Cappa, porque sacó de la cancha a Federico Nieto, quien había complicado de arriba.
Adelantó a Pastore en la cancha, pero el local perdió preponderancia. Colón se acomodó y se basó en el trabajo de los centrales. Candia estuvo impasable por el lateral derecho y, a eso, se le agregó el sacrificio de la mitad de la cancha. A este equipo de Mohamed le falta el jugador que pueda manejar los tiempos y eso se vio anoche, ya que no pudo definir un encuentro que se había planteado para eso.
Los centros llovían sobre el área Rojinegra, pero no tenían destinatario sin Nieto en la cancha. Los cambios en el dueño de casa no dieron resultado y Colón, que había hecho la diferencia en el primer tiempo, terminó ganando un partido que parecía más complicado, no lo fue y no sufrió tanto.
El triunfo, además de ser importante porque se produjo ante un equipo que juega bien, tiene el sabor especial de ser el que le permitió a este equipo de Mohamed llegar a la punta del torneo. Colón es esto y, su técnico y los jugadores, lo saben: los defensores marcan, los volantes corren y, cuando tiene chances, alguna convierte. Eso pasó anoche. Ganó y es líder. Ganó y su gente se atreve a soñar.

El número

40 son los puntos que tiene Colón en la tabla acumulada. Hasta el momento, el equipo Sabalero se ubica en zona de Copa Sudamericana, a la espera de que se complete la fecha del torneo.

Fuente Diario UNO