El arzobispo de Santa Fe dijo que «la Pascua es la fiesta de la vida, de la verdad, del amor y la solidaridad. Hoy vemos una sociedad herida por el flagelo de la droga y la violencia, y uno ve que por aquí la Pascua no ha llegado«.

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El Arzobispado de la ciudad de Santa Fe, Monseñor José María Arancedo ofreció su Mensaje con motivo de la Celebración de Pascua de Resurrección para esta Semana Santa. Aaseguró que «una reconciliación no supone negar la verdad ni la justicia. En la verdad y la justicia aparece la reconciliación. Nos falta el lazo de solidaridad«.

En tanto, adelantó parte del mensaje de Pascua y dijo que el pedido será que con Jesús caminemos este camino de muerte para nacer en la vida. Muerte al egoísmo, al orgullo, al rencor, morir todo aquello que nos impide elevarnos, crecer, nacer nuevamente. La pascua tiene que se un momento de reflexión.
Hoy tenemos problemas de marginalidad, droga, violencia, signos de una muerte que nos ha llegado a la vida. A las autoridades les pedimos que se sientan responsables de todo esto, en orden de recrear lazos de amistad social, que vayan elevando la vida de la comunidad aseveró Monseñor Arancedo.
Además, declaró que la clase política tiene una responsabilidad más que todos a mayor ubicación social, mayor responsabilidad. La pascua es la fiesta de la vida, de la verdad, del amor y la solidaridad. Hoy vemos una sociedad herida por el flagelo de la droga y la violencia, y uno ve que por aquí la pascua no ha llegado.
Por último, el Arzobispo de Santa Fe hizo referencia a la relación entre la Iglesia y el Gobierno nacional y no dudó en catalogarla como buena en cuanto actitud. La Iglesia no es un partido político, tiene libertad para andar, lo que quiere la Iglesia es dar una reflexión y opinar, pero no puede dejar de ser testigo de lo que ve.
La iglesia está presente en todos los barrios. La relación nuestra con el poder político es buena, es de diálogo, de sinceridad y espero que podamos continuar con un diálogo sereno. Cuando uno diga una palabra que pueda tocar la realidad, que no se la vea como oportunismo político porque uno no pretende presentar un candidato a conejal o diputado, simplemente ayudar a todos a reflexionar en los temas que hacen a la vida cotidiana concluyó la autoridad eclesiástica.