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En medio de un temporal de lluvia y viento que arrasó con la puesta, Charly García volvió anoche a la escena argentina y entregó un histórico recital que conmovió a unas 40 mil personas el día de su cumpleaños número 58. Los fans disfrutaron de sus grandes temas y de la presencia de Luis Alberto Spinetta, con quien compartió una memorable versión de «Rezo por vos«.

Aunque el clima hizo lo posible por imponerse -la lluvia caía cada vez más intensa a medida que avanzaba el recital- no logró robarle protagonismo a García, quien desafió los avatares del mal tiempo y que anoche se concentró en su faceta de intérprete.
En ese sentido se destacaron sentidas versiones de «Promesas sobre el bidet», «Pasajera en trance», «No soy un extraño» e «Influencia».
«Mi música es subacuática», «Siempre que llovió paró» o «Say no more es imperpeable», fueron algunas de las frases que Charly disparó en varios pasajes de la noche para reírse de una situación que no lo sobrepasó y que terminó siendo el condimento de este reencuentro.
Promediando el show, invitó al escenario a su «ídolo», según él mismo lo presentó, Luis Alberto Spinetta, casualmente en el momento en que el temporal había llegado a su apogeo.
El estadio explotó y entre pilotos y paraguas la gente bailó bajo el agua al ritmo de «Rezo por vos», una bella y significativa canción en la que García desliza: «Morí sin morir y me abracé al dolor/ y lo dejé todo por esta soledad…» Unas seis mil personas que habían comprado la entrada decidieron no entrar a la cancha del barrio de Liniers por el mal tiempo, que por otro lado impidió que se montaran las pantallas gigantes y que destruyó la puesta en escena diseñada por Pichón Baldinu (con una mujer voladora, una rampa que se elevaba y sobre ella aparecía García y cosas que subían y bajaban durante el show).
Con una lista de temas similar a la que entregó en sus shows de Perú y Chile (anohe sumó «No se va a llamar amor» en los bises), los canciones fueron pasando una tras otra sin baches.
La tormenta también llegaba al escenario y por momentos hasta impedía que los músicos tocaran. El más afectado fue el histriónico Fabián «Zorrito» Von Quintero, cuyos teclados estaban más expuestos a la lluvia.
En el recital, Charly se sostuvo en la ajustadísima banda integrada por los chilenos Kiushe Hayashida (guitarra y coros), Tonio Silva Peña (batería) y Carlos González (bajo) como soporte, a los que sumaron color la guitarra de Carlos García López y la voz y presencia de Hilda Lizarazu, que en muchos pasajes se adueñó del escenario.
Vestido con un poncho gris con el que homenajeó a su amiga Mercedes Sosa, con campera de cuero o con un traje negro, este Charly más sereno, tal vez más aplacado, no desplegó espectacularidad ni se movió con esa elasticidad a la que tiene acostumbrado a su público.
No buscó llamar la atención con nada que no esté ligado a lo que mejor sabe hacer: su música; esa que trasciende en el tiempo por su belleza y su contenido, y que ya forma parte del imaginario colectivo de los argentinos.