En un año de pocas apariciones, el fervor por ver a Calamaro superó todas las expectativas.

Foto Juan Manuel Baialardo

Estuvo en el Club Gimnasia y Esgrima de Ciudadela, y cantó para deleite de los santafesinos. Ante la excelente respuesta de parte del público y por razones netamente organizativas, tendientes a brindar un mejor espacio a los que gustan del artista argentino, los organizadores redoblaron la apuesta y decidieron conjuntamente con autoridades locales, trasladaron el show de Calamaro a otro emplazamiento de la ciudad de Santa Fe.


El Club de Gimnasia y Esgrima de Ciudadela (Doctor Zavalla 5.100), fue elegido para recibir a El Salmón esta noche para luego culminar el año con un show en el Club Ciudad de Buenos Aires el próximo 12 de diciembre, el cual se agotó, motivo por el que se agregó una nueva función para el 13 en el Luna Park.
Tras las dos funciones sold out con un mes de anticipación en el Luna Park que Andrés Calamaro dio a mediados de este año, estos shows sirvieron como presentación del box set de 6 CD + 1 DVD, titulado Andrés, que fue lanzado en abril pasado y cuyo repertorio recorre todos los éxitos de Andrés Calamaro de su etapa Dro-Warner, es decir desde Alta Suciedad y hasta La Lengua Popular.
A su vez incluye inéditos, rarezas y grabaciones del propio Andrés participando para discos de otros, con versiones de otros artistas grabadas por Andrés, grabaciones realizadas con distintos artistas y personajes como Maradona cantando a dúo en El Día que me Quieras y Mi Enfermedad o con Pappo en el mítico Desconfío. Artistas como, El Niño Josele, Diego El Cigala, Mariano Mores y Jerry González también están incluidos en esta compilación especial.
Tras los shows del Luna Park Andrés Calamaro comenzó una gira española que lo llevo por escenarios masivos y grandes teatros de Jerez de la Frontera, Madrid, Barcelona y San Sebastián, tras lo cual volvieron a México para cosechar aun más éxitos que la gira del año pasado, tocando en Guadalajara, Monterrey y Puebla, culminando en un apoteósico show dentro del Vive Latino en el estadio Azteca.

Sobre El Salmón

Cuando Andrés cumplió ocho años pidió de regalo un acordeón, y más tarde un tambor (después de golpear los parches en casa de unos vecinos en el centro de la ciudad de Buenos Aires). Sin embargo, Con el tiempo, se fue volcando a la guitarra eléctrica y al piano.
Años después, pescando tiburones en Uruguay, Andrés escuchó su primera oferta de trabajo, un grupo musical, ya en sus horas bajas, necesitaba un reemplazo en los teclados, y entonces fue cuando nuestro jovencísimo Andrés salió a las carreteras por primera vez.
Después de un tiempo, tejió su futuro propio, y una fue una audición para entrar en el grupo Raíces, y entre los gritos del Mundial de fútbol, y los tambores del candombe, dio sus primeros pasos en el latín jazz y fue detenido por la policía de la dictadura. Era invierno.
Probó suerte en boites, con The Platters, tocó con integrantes de una secta religiosa, y hasta allá donde pudiera sentarse a tocar un teclado en los primeros meses de la década del ochenta, recibió la llamada que cambiaría su destino: era Miguel Abuelo recién llegado de la isla de Ibiza.
Con Los Abuelos de la Nada encontró su lugar, tan deseado, en el Olimpo criollo del rock argentino, eran los años ochenta. Los Abuelos era un combinado de poesía, funky, carretera y armonías, formado por seis músicos de curtido talento y personalidad, entre los cuales estaban el productor y bajista Cachorro López, el cantor de tangos Daniel Melingo y el ya mencionado Miguel Abuelo.
Promediando la década, y con dos discos en solitario publicados, Los Abuelos de la Nada se disolvieron y Andrés siguió asiduo a los estudios de grabación, con una prometedora carrera de producción musical, que incluyó el disco que consagró un Cadillac, Los Fabulosos, entre otras grabaciones realizadas entre Buenos Aires y México.
Conduciendo su propio programa de radio, conoció a Ariel Rot y conformaron una sociedad musical para grabar entonces dos discos solitarios de Andrés y salir a las carreteras. Eligieron intentarlo en España y refundarse como Los Rodríguez, con el recordado Julián Infante, el igualmente querido Guillermo Martín, y un baterista de apellido Dukakis.
Disueltos Los Rodríguez, Calamaro reunió en 1997 un impresionante grupo de músicos estadounidenses con un impresionante grupo de canciones suyas. Fue el resultado final Alta Suciedad, un álbum que trascendió su éxito y se convirtió en un clásico del rock argentino.
Le siguió, dos años, más tarde el álbum doble Honestidad Brutal. Y en el 2000 llegó El Salmón, auténtico ejercicio de híper productividad. Nada menos que un álbum con cinco discos y 103 canciones.
En 2004 regresó con El Cantante. Versiones se trata de un atípico disco de temas populares de otros autores, desde el folklore al pop pasando por el tango, y tres canciones nuevas. Artesano único, de las nuevas salió otro clásico para su repertorio como Estadio Azteca.
Y finalmente el momento del gran retorno llegó en 2005. Apoyado por los músicos de la Bersuit, Calamaro brindó una serie de conciertos en el Luna Park en abril de ese año, que quedaron registrados en un álbum en vivo titulado El Regreso, especie de grandes éxitos en vivo, el álbum se convirtió en uno de los más vendidos del año. Para rematar la faena, en diciembre dio un concierto al aire libre en el Estadio Obras, con una audiencia de 22.000 personas.
Pero lo mejor estaba por venir. El 11 de septiembre de 2007 salió La Lengua Popular. Son doce canciones de un Calamaro en estado puro, más contundente e inspirado que nunca. El primer corte de difusión (y su video), El irresistible 5 Minutos Más (Minibar) retrepó meteóricamente al número uno en tevé y radio.

Fuente Diario UNO