Tenía que ganar para mantener sus aspiraciones con vistas a la punta del campeonato. Aunque jugó medio partido con un jugador más no logró marcar la diferencia para sumar de a tres.

Foto Pablo Aguirre

Quilmes se fue con festejos y el tate con un sabor amargo. Unión esperaba encontrarse con un Quilmes dispuesto a todo para permanecer en la punta del torneo. Quilmes venía a Santa Fe con la clara intención de seguir consolidando su liderazgo y su camino hacia el trofeo mayor del campeonato.

El comienzo del partido fue favorable a Unión, durante los primeros minutos logró marcar territorio y dejó claro ante Quilmes que la punta del campeonato no garantiza nada.
Un centro hacia atrás de Torres que Donnet aprovechó se fue a pocos centímetros del palo izquierdo defendido por Trípodi y fue la más clara oportunidad que tuvieron los locales de abrir el marcador.
Pero entre los 10 y 25 minutos de la primera parte del partido Quilmes tenía preparadas algunas sorpresas para los tatengues. Unión sufrió bastante las oportunidades que desaprovechó Quilmes a través de Bartaglia y Corvalán.
Hacia la mitad del primer tiempo Quilmes demostraba por qué es el puntero pero con el avance de los minutos Unión retomó el protagonismo, el cervecero bajó un poco su exigencia y ambos perdieron atractivo táctico.
El final del primer capítulo del partido llegó con los dos equipos más plantados en el centro de la cancha. Ambos disputaban pelotas sin mayores riesgos hasta que el minuto 37 inclinó la balanza hacia Unión al menos en lo numérico.
Sergio Meza Sánchez acumuló dos tarjetas amarillas al cometer un foul contra Guerra y termina expulsado del partido. Unos minutos más y el final del primer parcial planteaba para Unión la necesidad de reformular su estrategia de juego para aprovechar la ventaja con vistas al segundo tiempo.
Con un jugador más en la cancha Unión tenía viento a favor. Más aún si se tenía en cuenta que dentro del equipo había jugadores rojiblancos con potencial de juego para inclinar la cancha a su favor.
Pero el segundo tiempo del encuentro se presentó sin mayores riesgos para ninguno de los arcos y mientras Unión intentaba de a ratos inquietar a Quilmes, la falta de efectividad influyó negativamente y generó sus propios errores.
Quilmes celebró al final haber mantenido el empate. Logró contener los centros del ataque tatengue y hasta incluso inquietar un poco a Unión en el final.
Los dirigidos por Alí demostraron actitud y ganas, pero al final el balance da negativo porque algunas fallas desde lo futbolístico hicieron que se le escapara el tren.