La ciudad de Mar del Plata, escenario de largada, comenzó a vivir con intensidad la fiesta del Rally Dakar 2012 con la apertura al público del Village, montado en la Base Naval local, donde los competidores iniciaron las verificaciones técnicas reglamentarias.
El movimiento en la Base ya había comenzado en las primeras horas de ayer con los trámites administrativos que deben realizar tanto los pilotos, como la asistencia de cada equipo y la prensa nacional e internacional acreditada para todo la prueba, que después de tres ediciones sudamericanas dejó de largar en Buenos Aires y pasó la posta a Mar del Plata.
El público comenzó a llegar al Village Dakar a las 10 de la mañana, una hora antes de la apertura de las puertas, en un horario poco habitual sobre todo teniendo en cuenta que en Mar del Plata la jornada ya se presentaba inmejorable para pasar el día en la playa.
“Hay mucho para ver y quería recorrer todos los stands tranquilo, pero veo que no soy el único que tuvo la idea”, dijo Víctor, un marplatense de 20 años, mientras enviaba mensajes de texto a sus amigos para que
apuraran su llegada.
Incluso, la cantidad de gente que fue arribando durante la mañana de ayer obligó a redelimitar el sector al público que fue agrandado poco después del mediodía, según le contó a Telám unos de los encargados de seguridad del Village Dakar.
Mientras el público comenzaba a vivir la fiesta, dentro del pabellón en el que se realizan las verificaciones reglamentarias era un hervidero.
Pilotos, mecánicos, asistentes y periodistas se cruzaban, en un ir y venir incesante para completar los trámites obligatorios o retirar el Iritrak, dispositivo de seguimiento satelital obligatorio para todos aquellos que siguen la carrera motorizados.
Si completar esos trámites resulta tedioso y puede llevar incluso más de una hora y media para los que se trasladan en vehículos, mucho más minuciosa es la verificación técnica a las que son expuestas las máquinas que el 1 de enero estarán en la línea de partida con 8.500 kilómetros por delante hasta la meta el Lima, Perú, previo paso por Chile.
Autos, motos, cuatri y camiones, salen desde la escollera Norte y recorren los 500 metros que la separan de la Base Naval, bordeando el muelle donde están amarrados la Fragata Libertad y Corbeta Guerrica
para luego enfilar por una rampa alfombrada de azul.
Una vez ahí, se introducen en una gran carpa blanca donde el primer paso será el control de las calcomanías, sponsors oficiales, número de competidor, nombres, nacionalidad y grupo sanguíneo. Un milímetro equivocado deja de ser un detalle. El calco debe ser removido y puesto a pegar.
Luego llegará el momento de entregar las licencias y todo el papeleo del vehículo; después será turno de la luces, la bocina, los frenos, el escape, cortacorriente y el control de que cada una de las piezas
del vehículo estén presentidas por la organización de la carrera.
Cada piloto debe avisar a los organizadores del Dakar cada vez que necesite cambiar una pieza y si éstas en alguna etapa no tienen el precinto, entonces cabe una penalización.
Finalmente, se verifica el estado de la jaula antivuelco, y que las butacas, arneses (cinturones de seguridad) y cascos no estén vencidos.
Aunque cueste imaginarlo, estos dos elementos esenciales de la seguridad del auto se vencen y la repuesta para comprobar que estén en buen estado la tienen dos cuadernillos de unas 50 páginas bajo el nombre de “Anexo de la FIA (Federación Internacional del Automovilismo)”.
Allí el encargado de la revisión, busca en el interior del casco un número de homologación, luego va a este cuadernillo y aparece el modelo, el peso, la marca y el año en que fue fabricado.
“Algunos duran cinco años y otros 10 depende de la homologación. Sí el casco tiene un número que no figura en la ‘Lista Técnica 25’ (la que rige en este Dakar) es porque no está homologado y venció”, explicó
Mariano, uno de los encargados del puesto, a Télam.
Carlos, su compañero, detalló que las butacas y cinturones también tienen fecha de homologación y que al igual que los cascos, un golpe fuerte, un cimbronazo, obliga a cambiarlos.
“Sí justo vas caminando, se te cae el casco de la mano y te ve alguien de la CDA (Comisión Deportiva del Automóvil Club Argentino, entonces fuiste. Ellos te obligan a que se lo des y lo cambies por otro”,
detalló Mariano.
Mientras se incrementaba la espera de los competidores para pasar las verificaciones, más público iba llegando al Village Dakar en la tarde.
En ese sentido, el director del Dakar, el francés Etienne Lavigne, confesó: “Me impresiona ver el fervor del público que no hace más que aumentar y la emoción de los espectadores ante el rally sigue intacta”.
Pese al calor sofocante y al sol a pleno en las primeras horas de la tarde, la gente se amuchaba frente al escenario central para ver los videos del rally, escuchar las entrevistas en vivo con los pilotos y fotografiarse con ellos.
Mientras el público y la ciudad de Mar del Plata viven una fiesta, que tendrá su broche de oro con la largada simbólica el 31 de diciembre a partir de las 15, los pilotos ya piensan en la etapa inaugural del rally, el 1 de enero.
“Yo preferiría estar corriendo ya mismo. No me gustan mucho las previas, me dan ansiedad”, le dijo a Télam el mendocino Adrián Yacopini, quien estará con una Amarok y llega al Dakar con la experiencia previa del Rally de Marruecos.
En cambio, el también cuyano Orly Terranova (Toyota Hillux) , quien ya participó en las tres ediciones anteriores del Dakar y en el pasados Rally Marruecos, disfruta de las previas y no duda a la hora de pronosticar que “el 31 va a ser una fiesta”.
“Los argentinos son grandes seguidores del Dakar y en la primera especial cerca de Necochea va a ser otra fiesta. Pero esperemos que no se cancele por la cantidad de gente”, declaró el piloto.
Entre pedidos de autógrafos, fotos y saludos, Terranova arriesgó: “Por lo que me dijeron, va a ser dificilísimo las primeras etapas en Perú y Arequipa va a resultar imposible, parecido a Fiambalá”.
Las 465 máquinas (171 autos, 185 motos, y 33 cuatriciclos) deberán atravesar un extenuante camino de 8.363 kilómetros, de los cuales 4.406 serán cronometrados, que las llevará desde la Costa del Atlántico a la del Pacífico.
La Argentina tendrá cuatro etapas (Mar del Plata- Santa Rosa, San Rafael- San Juan, Chilecito en La Rioja, y Fiambalá en Catamarca), Chile tendrá otras cinco más el día de descanso y Perú tres.
En ese periplo se toparán con distintos tipos de terreno, temperaturas extremas, dunas, cambios de altitud, el cruce de Los Andes, a 4.000 metros de altura, el árido desierto de Atacama y más más dunas sobre el final.

Fuente Agencia Télam