La lechería sigue sin recibir señales de un plan ordenador. Exportación, competitividad e institucionalidad siguen ocultos detrás de las chicanas y las miradas de corto plazo
Mientras siguen esperando el dinero de la Nación para poder endeudarse y saldar parte de sus pasivos (trascendió que el préstamo podría tardar hasta 90 días más en llegar), los tamberos de Santa Fe se las “rebuscan” para salir adelante. El impacto del agua en la principal cuenca lechera santafesina es nefasto, a niveles inéditos. Según datos de la Sociedad Rural de Rafaela, la caída del stock bovino lo refleja con crudeza: del total vacunado en 2016 (518.535) al total de 2017 (451.836), se registra una caída del 13 %. El dato de establecimientos que salieron del sistema es todavía peor: 62 tambos menos en todo el departamento Castellanos en un año.

Mientras tanto, en Buenos Aires se realizó una nueva reunión de la Mesa Sectorial Lechera, con la novedad de la participación de los supermercados chinos en la mesa. En el encuentro se habló del informe de la Universidad Austral que refleja la caída en la producción de leche cercana al 15 por ciento. La nota de color fue el aporte “superador” de ATILRA en Freyre para “salir” de la crisis, bloqueando una usina láctea.

Argentina hace 15 años que consume 8 millones 200 litros por año, por lo que la virtual salida del mercado mundial pone en jaque a gran parte de la cadena. “En un esquema de concentración del mercado interno, sólo resisten los tambos que tienen espalda financiera. Y si seguimos sin hacer nada, vamos hacia eso”, dice Eduardo García Maritano, de Carsfe.

Si esto se termina de concretar, “sobran” 3.000 empresas y más de 300 usinas lácteas. El dato implica mucha gente fuera del sistema: cada 1.000 litros un tambo emplea a una familia completa. “Coyuntura y estructura se juntan”, insiste el ruralista, señalando que el mercado institucionalizado es el primer paso para crecer en exportación, aunque para lograrlo tenemos que ser capaces de ganarle a los que están en el mundo, y ser más eficientes que Australia y Nueva Zelanda. Pero para incentivar a los privados a invertir (montar un tambo sale U$S 600 mil), se debe trabajar para lograr un mercado estable, equitativo y rentable

Fuente SRLC