Este subproducto de la fabricación de cerveza se posiciona como suplemento forrajero por su aporte nutricional y bajo costo, además de contener más fósforo y proteína bruta que los henos de alfalfa. Agregado de valor en origen para una industria en auge.

La producción de cerveza artesanal aumentó, en especial, en ciudades turísticas como Bariloche, en donde se estima un consumo anual de mil toneladas de granos de cebada. En este contexto, los técnicos del INTA analizaron la posibilidad de implementar uno de los subproductos de esta industria, el bagazo de cebada, para alimentar el ganado.

Javier Ferrari –especialista del INTA Bariloche, Río Negro– destacó al bagazo de cebada cervecera como “una alternativa para alimentar el ganado con esta fuente de forraje por secado y pelletizado con un alto valor nutricional y bajo costo, además de contener más fósforo y proteína bruta que los henos de alfalfa”.

Y especificó: “Estos granos pregerminados utilizados en la fabricación de cerveza son macerados en agua para extraer azúcares y luego los restos de grano húmedo comúnmente se descartan, con un porcentaje muy bajo de reutilización a nivel local”.

“Además, –indicó– los subproductos de la industria cervecera son muy palatables, ricos en proteína de degradabilidad intermedia, por lo que se recomienda incluirlos en un 20 % de la ración”.

Asimismo, de manera orientativa y al tener en cuenta el costo de oportunidad del productor por obtener un alimento de características nutricionales similares, el precio del pellet de bagazo de cebada podría ser menor al de los pellets de alfalfa.

En referencia al potencial de este subproducto en la región, Ferrari aseguró que “su uso contribuirá al objetivo fundamental de aumentar la oferta forrajera a nivel local, a partir de reciclar materiales residuales de la industria cervecera”.

“Si se consideran aproximadamente 750 toneladas de cebada para la fabricación de cerveza localmente al año, permitirían la suplementación entre 55 y 83 mil animales en total en la región con este subproducto”, explicitó Ferrari.

Para el caso particular de ovejas y cabras, el especialista explicó que “recomendamos suplementarlas, en el último mes de gestación, a razón de 0,3 a 0,45 kilos por día, con el fin de mejorar el peso al nacimiento y la sobrevivencia de los corderos y cabritos. Esto significa que serían necesarios entre 9 y 13,5 kilos por animal al año”.

Más nutrición a un menor costo

Como resultado de un análisis minucioso, se determinó que los contenidos de fósforo (P) en el bagazo de cebada fueron de 0,19 % en los de henos de alfalfa y un 0,21 % en el silaje de maíz. A su vez, los valores encontrados de proteína bruta son superiores al heno de alfalfa (16,2%) y al silaje de maíz (8,4%).

Sin embargo, los contenidos de calcio (Ca) resultaron de 1,4 % en el heno de alfalfa y similares a los de silaje de maíz. Asimismo, los contenidos de energía fueron similares al heno de alfalfa (2,06 Mcal/ kg MS) e inferiores a los de silaje de maíz (2,46 Mcal/kg MS).

“El calcio es el catión acompañante principal presente en los minerales de fósforo, por lo que pueden incorporarse juntos en el momento de la pelletización, reformulando las cantidades originales del material”, señaló Ferrari.

Fuente INTA Informa