Los maestros salieron a la calle esperando definiciones. Dos multitudinarias caravanas -una de Amsafe y otra del Sadop– recorrieron esta mañana las calles del microcentro santafesino hasta culminar con un acto frente a la Casa de Gobierno.

Foto Pablo Aguirre

En la segunda jornada del paro de 48 horas que se cumple con un altísimo acatamiento, los docentes salieron masivamente a la calle para reforzar su reclamo de mejora salarial.

Dos columnas de maestros se congregaron por separado: la de la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafe) en la Plaza del Soldado, y la del Sindicato Argentino de Docentes Particulares (Sadop) en la Legislatura. Una avanzó por calle San Jerónimo y la otra por General López hasta que ambas confluyeron alrededor del mediodía en la Plaza 25 de Mayo, frente a la Casa Gris.
La multitud, que según los organizadores terminó siendo de unas 8 mil personas entre ambos gremios, se encolumnó detrás de banderas argentinas de varios metros, pancartas con la procedencia de las delegaciones de distintos puntos de la provincia y afiches que pedían sueldos decentes y dignos.
Durante la movida se escuchaban bombas de estruendo, batucadas y cantos destinados a la ministra de Educación que se alentaban desde las camionetas con altoparlantes. Rasino, Rasino, Rasino. Rasino yo te quiero ver, con un salario de maestro y llegando a fin de mes, decían los educadores.
Al paso de las caravanas, las calles quedaban regadas con coloridos volantes que tenían inscriptas toda clase de consignas a favor de un aumento salarial.
Fue la primera movilización provincial realizada por los maestros al gobierno del socialista Hermes Binner quien gozaba de un fuerte respaldo del sindicato del magisterio público, incluso antes de asumir. Esa prerrogativa se desvaneció en pocos meses, apenas la inflación tocó el bolsillo del maestro y el gobierno no respondió a la demanda con celeridad.

Ni más ni menos

Poco a poco, las caravanas fueron colmando la Plaza 25 de Mayo, donde se instaló el palco al que subieron los dirigentes máximos de los sindicatos: Sonia Alesso, secretaria general de Amsafe Provincial, junto a varios delegados seccionales, y Pedro Bayúgar y José Luis Aiza, del Sadop Santa Fe y Rosario.
Mientras el gobernador dijo ayer en Sa Pereyra que no sabe de dónde salió la versión del 10% de aumento para la administración pública, los gremialistas argumentan que la inflación deterioró rápidamente el salario real y que se necesita una urgente recomposición que tenga en cuenta al sector específico del magisterio.
Nosotros no trabajamos ni como barrenderos ni como presidentes de la Corte Suprema, por eso queremos un salario como docentes, ni más ni menos, gritó desde el micrófono un enardecido Pedro Bayúgar, que cosechó los aplausos de la concurrencia.
La insistencia de que el salario será para todos igual es un maltrato porque la tarea de educar no puede ser comparadas con otras, añadió el secretario del Sadop, para advertir al gobierno: Que no digan que somos el mascarón de proa de la oposición ni que fuimos infiltrados por la política; este es un reclamo genuino.

El piso de la provincia

Los discursos fueron cerrados por Alesso, de Amsafe. No queremos ser el piso salarial de la provincia -dijo-. El gobierno dice que el salario promedio en Santa Fe es de $ 3.500, y un docente cobra $ 1.400 y un catedrático $ 1.200 ¿Dónde está esa diferencia?, preguntó.
Nadie puede decir que no tuvimos paciencia, señaló en otro tramo, y le pasó factura al gobierno porque los dirigentes nos enteramos por los diarios de lo que se discute; se informa y desinforma por los medios.
También destacó que el aumento pretendido no debe achatar la escala, no debe ser una suma fija y no puede esperar hasta octubre. Finalmente pidió las paritarias para la docencia y cerró con un pedido de justicia para que se mande presos a los responsables de la inundación y del 20 y 21 de diciembre.
Además, habló Nené de Picatto en representación de los jubilados docentes. Todos los oradores solicitaron a Binner que cumpla con sus promesas de campaña.