A Ferro le bastó un tiempo para golear a Unión por 4 a 1. Lucas Nanía, Oscar Altamirano y Maximiliano Castano (2) marcaron los tantos del conjunto de Caballito, mientras que César Pereyra marcó el descuento.

Foto Baires

Seguramente, en el arranque del partido ni el más optimista hincha de Ferro y, mucho menos, el más pesimista simpatizante de Unión, habría imaginado que el equipo comandado por Carlos Trullet vencería en una forma tan contundente a un pálido y desteñido elenco Rojiblanco. Obviamente, en la mente de nadie cabía el resultado que se dio el término de los 90 minutos: 4 a 1.

Lejos, el peor

No caben dudas de que la primera etapa en Caballito fue la peor presentación de un conjunto Tatengue en el actual certamen. Incluso, superó el partido ante Los Andes.
En el encuentro de ayer, quedó bien claro que lo hecho en los 45 iniciales no fue lo que Catinot les indicó a los jugadores en la charla previa. Desde el arranque, las cosas empezaron mal, no sólo porque la iniciativa la tuvo Ferro, sino porque a los 3?? el Verdolaga puso el 1 a 0 por medio de Nanía, quien observó a Ojeda muy adelantado, remató por sobre el golero y abrió el marcador.
De ahí en adelante, el protagonista absoluto de la tarde fue el dueño de casa, ya que utilizó muy bien a Nanía en el juego. El 10 se paró en las espaldas de Zapata y Acosta, complicando de esa manera a la insegura defensa visitante. Además de esto, el equipo del Cabezón aprovechó muy bien los espacios por los carriles con Mánquez y Monje.
No hay que dejar de mencionar la movilidad que tuvo por todo el frente de ataque Maximiliano Castano, ayudado por Altamirano. Fue este jugador quien a los 11?? fusiló a Ojeda después de una nueva desatención defensiva. Con lo cual, Ferro lograba, en pocos minutos, aumentar la diferencia.

Por errores propios

Más allá de que se resalte el funcionamiento de Ferro, es importante destacar que el responsable máximo de la superioridad que marcó el dueño de casa fue el mismo Unión. La línea de tres compuesta por Alessandria, Suárez y Yacob no mostró en ningún pasaje del encuentro solvencia alguna.
Los carrileros Broin y Torres estuvieron más ocupados en la marca que en pensar decididamente en pasar al ataque, y perdieron toda la tarde los duelos ante sus rivales.
No se puede dejar de mencionar la falta total de juego que mostró Weiner y, más adelante, Márquez y Pereyra, quienes prácticamente fueron superados en la marca por los defensores rivales.

Sólo una ilusión

Cuando, con el correr de los minutos, Ferro justificaba el 2 a 0, a los 29?? del primer tiempo apareció César Pereyra con zapatazo formidable. Desde 30 metros, el delantero santafesino introdujo el balón en el ángulo superior derecho de Etulain, poniendo un 2 a 1 que sirvió para soñar con una posible arremetida, a tal punto que, dos minutos después, Fernando Márquez casi igualó el resultado, pero tiró el balón bien arriba.
En general, lo de Unión fueron esos cinco minutos. Porque a los 35?? y, nuevamente en base a errores y distracciones en la defensa Rojiblanca, Castano tocó suavemente sobre la salida de Ojeda, colocando el 3 a 1. El marcador se estiró a los 42 nuevamente en los pies del rapado Castano, luego del centro de Toneto. Así concluyó un primer tiempo para el olvido en donde, aunque parezca poco, las palabras sobraron para definir la pobre actuación de Unión.

Segundo tiempo: poco y nada

En el complemento, Catinot realizó una variante: dejó a Broin en los vestuarios y puso a Arrúa para intentar ayudar a Weiner, pasando Zapata a jugar como carrilero y Acosta como único volante central.
Pero con el correr de los minutos, este cambio no produjo el resultado que esperaba el entrenador porque, aunque Ferro no llegó tanto, Unión tampoco tuvo ideas futbolísticas ni anímicas como para tratar de achicar el resultado.
Así concluyó otro partido negro en lo que respecta no sólo al resultado, sino también por el bajo rendimiento que mostró Unión en todas su líneas, dejando en claro que este torneo para el Tate terminó, y fue de un rotundo y absoluto fracaso.

Fuente Diario UNO