Realizaron la segunda marcha para pedir que la mujer aparezca y se haga justicia. Los análisis determinarán si la sangre hallada pertenece o no a la mujer desaparecida. En un mes estarían los resultados.
Los vecinos de Marcela Chiaro marcharon por segunda vez por las calles de Villa Amalia. Pero a diferencia de la última movilización, ya no reclamaron su aparición sino justicia. Ellos están convencidos de que, en este caso, hubo un crimen.
Está claro a quien señalan. La palabra «asesino» lleva una semana pintada en la pared de la casa que la mujer compartía con Luis Corral, su pareja. Incluso aparece el nombre de Paola Correa, su supuesta amante, a quien sindican como cómplice.
«Muchos vecinos y clientes saben como él la maltrataba, física y psicológicamente», aseguró Ricardo Ángel Teri, que vive en la casa de al lado. El hombre afirmó que más de una vez vio a Marcela con moretones en los brazos. «Un domingo a la mañana salió corriendo, atemorizada, y se escondió en un portón; a los segundos los vi salir a él por atrás, pero como me vio a mí no le hizo nada», relató Teri.
Con esa versión coincidió Sandra Moreno, otra vecina. «El comentario de la gente era que la trataba mal, ella le tenía miedo, era muy sumisa y hablaba poco», señaló.
«No se iría sin su hija»
La desaparición de Marcela y las diferentes hipótesis de los vecinos son el único tema de conversación en las esquinas del barrio. Las versiones varían en algunos detalles, pero todas tienen un punto en común: ella no se fue por su propia voluntad.
«Yo no creo que ella se vaya sin su hija porque la adoraba», argumentó Teri. Otras mujeres consideraron que Marcela se habría comunicado con su familia si hubiese decidido abandonar el hogar. Quien se atrevió a ir más allá fue María Lanza de Supa. «La noche antes de la desaparición, él metió la camioneta a la casa y después se fue temprano. Para mí, se la llevó», afirmó.
No hubo una sola persona que diera una opinión favorable del veterinario en toda la cuadra. «La tenía trabajando 17 horas al día, de lunes a lunes, y él andaba en la calle», aseveró Teri. Y contó que Corral no le permitía tener amigas. «Ni siquiera la dejaba que conversara con las clientas», añadió Herrera.
La hermana de Marcela, Rosana Chiaro, lamentó no haber podido llegar a la marcha porque el vehículo en el que viajaba se descompuso en el camino. Respecto a las manchas de sangre humana que hallaron los investigadores en la camioneta de su cuñado, afirmó que deben esperar 30 días para que lleguen los resultados de Buenos Aires. La semana pasada, a ella y a su hermana Jaquelina les tomaron muestras de ADN para compararlas con los restos de sangre encontrados en el departamento de Paola Correa.
Mientras esperan esos estudios, las mujeres intentan conseguir la tutela legal de su sobrina de dos años que actualmente está a cargo de la madre de Corral. «Queremos pedir que nos dejen llevar a la nena a Santa Fe», adelantó Rosana. La suegra de Marcela vive en la misma ciudad santafesina que ellas, por lo que estimó que no habrá mayores obstáculos para que les concedan esa responsabilidad.

Dos sospechosos detenidos

  1. Luis Corral denunció que Marcela Chiaro abandonó el hogar el 13 de febrero. Se lo comunicó a su familia cinco días después.
  2. La Policía encontró restos de sangre en la camioneta de Corral y en el departamento de su presunta amante. Ambos están detenidos.
  3. A las hermanas de Marcela les tomaron muestras de ADN para compararlas con la sangre hallada. Aún no están los resultados.

Fuente El Colono del Oeste