Con más de 500 asistentes de 30 países, finalizó en Mar del Plata el primer Congreso Internacional de Silo Bolsa, que afianzó la tecnología nacional de poscosecha y sus aportes a la seguridad y soberanía alimentaria.

Tras cuatro jornadas intensas de presentaciones académicas y demostraciones dinámicas de alto nivel, finalizó el primer Congreso Internacional de Silo Bolsa, organizado por el INTA y el Ministerio de Agricultura de la Nación en la ciudad balnearia de Mar del Plata. El encuentro, que contó con la asistencia de más de 500 personas de 30 países de los cinco continentes, reunió una veintena de empresas nacionales y destacó investigaciones de punta para asegurar un mejor uso de esta tecnología, desde la microbiología hasta la logística.

“Junto a 23 empresas argentinas, demostramos que embolsar granos no es amontonarlos adentro de la bolsa”, dijo Ricardo Bartosik, especialista en poscosecha del INTA y presidente del congreso. “Tenemos años de investigación y desarrollo que no solamente permiten que las empresas exporten, sino que generen fuentes de trabajo genuinas en nuestras comunidades del interior del país, donde se produce toda esta tecnología”, agregó.

De acuerdo con el técnico, este encuentro era “una necesidad para toda la comunidad que maneja los granos”, en particular “para los países que buscan soluciones a los problemas de poscosecha y de seguridad alimentaria”. En esta línea, Bartosik explicó que “hay que mirar a los países asiáticos, porque la necesidad que tienen de implementar esta tecnología es una gran oportunidad para nuestro país”.

Según el técnico del INTA, el crecimiento poblacional implica que habrá que alimentar a dos mil millones de personas, por lo cual “la producción de granos va a crecer mucho y la Argentina es uno de los países que está siendo observado por el resto del mundo como el proveedor de alimentos para esta población creciente. En este contexto, el silo bolsa es una herramienta de fundamental importancia para reducir perdidas y mejorar la eficiencia”.

Por otra parte, Bartosik explicó que algunos países “consumen todo el alimento que producen e importan alimentos. Tienen una infraestructura deficiente, almacenan en bolsas de yute de 50 kilos o almacenan grano a la intemperie con pérdidas de 25 o 30% en poscosecha. En estos casos, el silo bolsa permitirá reducir las pérdidas y mejorar la seguridad alimentaria con tecnología de fácil manejo”.

Con una destacada presencia de las empresas del sector, el congreso también fue un escenario privilegiado para las rondas comerciales. Según María Isabel Borghi, gerente de Cideter, “las empresas realizaron más de 160 entrevistas comerciales durante las rondas de negocios y los países más interesados en exportar nuestra tecnología son Brasil, India, Turquía, Sudáfrica, Australia, Paquistán y Alemania, entre otros”. En esa línea, Borghi desafió: “Ahora sólo resta trabajar intensamente para vender y generar divisas”.

Para el productor nicaragüense Evelio Velásquez, quien desde hace tres años comenzó a utilizar bolsas plásticas solamente con literatura científica, “este congreso fue verdaderamente muy bueno, ya que pudimos ver cómo se trabaja de verdad y seguramente al regresar vamos a poder mejorar nuestra tarea en la industria nicaragüense”.

Lionel Ichazo, productor de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, también compartió su experiencia: “Estamos utilizando silo bolsa de manera muy incipiente, pero pudimos ver que no sólo es bolsa y embolsadora: hay otros componentes que pueden ser muy beneficiosos para el sistema productivo de nuestro país”.

Del mismo modo, el brasileño Antonio Cezar Federico expresó: “Pudimos aprovechar toda la infamación que recibimos y nos la llevamos a Brasil. Vimos muy buenas maquinarias hechas en la Argentina, que para nuestro entender son las mejores”. Al respecto, el empresario Alberto Gaviglio, de Akron, explicó: “Es muy importante que la Argentina haya tenido este primer congreso, porque el contacto que tuvimos las empresas privadas con los participantes extranjeros fue excelente y se abren muchas puertas para poder exportar más maquinaria”.

Sinergia público-privada

“Hay que potenciar esta forma de trabajar entre el INTA y las empresas privadas”, afirmó Carlos Martínez, de la firma Martínez & Staneck S. A., quien destacó: “El congreso colmó nuestra expectativas, porque al ser el primero de la especialidad había incertidumbre. La respuesta de público, las disertaciones, los talleres y la dinámica fueron muy bien elegidas”.

“Estamos muy orgullosos de haber participado de este congreso desde el primer momento que nos enteramos que se hacía. Estamos convencidos de que esta tecnología es necesaria para el mundo y somos el país referente a nivel mundial”, consideró Pablo Seniow, de Ipesa Silos.

Por otra parte, Juan Albino de Silcheck, consideró que el congreso permitió “mostrar que hay muchos años de investigación y que somos líderes en la materia”. En esa línea, agregó: “Más allá de lo que podamos vender a futuro, es un hito a nivel mundial para el INTA y para todas las empresas del sector que venimos trabajando desde hace muchos años con un mismo objetivo: que el sistema silo bolsa sea utilizado en todo el mundo”.

Fuente INTA Informa