A la cuarta fue la vencida y el Sant Jordi, equipo donde milita actualmente el franckino Cristian Michlig, jugará, por fin, en la Tercera División del fútbol español.

El club jordier logró este sábado en Son Malferit un histórico ascenso, el primero en más de setenta años de historia, después de empatar sin goles contra el Campos en la gran final del playoff. El resultado ha hecho valer la mejor clasificación de los verdinegros en la Liga Regular, pues ocupaban la primera posición en la Regional Preferente ibicenca cuando explotó la crisis del coronavirus, mientras que su rival era segundo en el grupo mallorquín. Así, el equipo que entrena Rafa Payán consigue el máximo premio en una temporada excelsa, sin ninguna derrota en su debe y con la consecución también de la Copa Interpueblos. Ha sido, sin duda, una temporada sobresaliente.

Los zurdazos de Daisume y Jordi Serra, las decisivas paradas del joven Adrián, el despliegue físico de Flavio Scarone y Chaco, pero sobre todo el estilo del elenco de jugadores que dirige Rafa Payán ya forman parte del imaginario verdinegro. Porque si de algo puede presumir el Sant Jordi es de sello propio. Siempre apostando por el fútbol de toque y combinación con el campo abierto, el equipo del Kiko Serra ha querido ser protagonista en todos los partidos y nunca ha perdido la compostura en los momentos difíciles, que los ha habido también, sufriendo y creyendo ciegamente en la idea. Aquellos triunfos ligueros en los últimos minutos contra la Penya Blanc i Blava, Atlético Jesús o Ciudad de Ibiza eran entonces un presagio del posterior desenlace. El grupo ha tenido fe ciega en sus posibilidades, sobre todo en la eliminatoria contra el Alaró, y buena parte del éxito es fruto de ello.

Con el pitido final del colegiado Pau Muntaner se desató la merecida locura en el césped de Son Malferit, después de un partido repleto de intensidad pero poco vistoso en fútbol por lo mucho que había en juego. Cánticos, abrazos, manteos y muchas lágrimas de alegría en la familia verdinegra, que ya había intentado tres veces, pero sin éxito, la proeza de jugar en Tercera División. Desde la distancia, en las dependencias del Kiko Serra, la alegría de la masa social también fue mayúscula, y el propio municipio acogió por la noche a sus héroes para celebrar el ascenso como se merece. Una pena no haber podido celebrar con la afición en directo tan ansiado hito futbolístico, pero las circunstancias del guion han obligado a un playoff algo descafeinado desde el lado emotivo.

La alegría de Pablo Rodríguez, director deportivo del Sant Jordi, era total, merecida y absoluta. El arquitecto de este plantel futbolístico, su mente creadora, afirmó al acabar el partido que “es un orgullo muy grande formar parte de este club y conseguir un hecho tan importante en su historia. Hemos culminado un año redondo, todos los jugadores sumaron, el secreto ha sido la unión que ha habido en todos los estamentos. Vivimos tiempos difíciles con el inicio de la pandemia, pero no hay que olvidar que este equipo empezó a entrenar tres semanas antes gracias a la ayuda del Ayuntamiento, de la cantina, de todos. Hemos sido una familia y por eso logramos este merecido ascenso. Vamos a disfrutarlo por todo lo alto”.

También el atacante y auténtico referente ofensivo verdinegro, Jordi Serra, máximo goleador del equipo con 15 goles esta temporada, rebosaba felicidad pese a las fuertes patadas recibidas durante este playoff por los rivales. No en vano, el talentoso zurdo cuenta con tres ascensos a sus espaldas, tras los conseguidos antes con UD Ibiza y CD Ibiza, una efeméride de la que pocos en la isla pueden presumir.

Ha sido un partido muy complicado. No nos han dejado casi jugar, pero en la primera parte hemos sido superiores. En los playoff se gana sufriendo. Es increíble que haya logrado un tercer ascenso, no termino de creérmelo. Quiero dar las gracias a Rafa por confiar en mí, a David y a todo el Sant Jordi por confiar en mí”.

Fuente Futbol Pitiuso