En la Biblioteca «Mariano Moreno» de nuestra localidad se encuentran libros de María Esther de Miguel, a los que se refiere hoy Malva Alberto.

María Esther de Miguel nació el 1 de noviembre de 1925, en la localidad de Larroque, departamento Gualeguaychú, en el sur de la provincia de Entre Ríos. Hija de un inmigrante español, encargado de la usina de esa ciudad, y de madre judía, era la mayor de cuatro hermanos. María tuvo vocación por la escritura desde pequeña y con tan sólo 8 años ganó un concurso literario por una composición en la revista Figuritas sobre las islas Malvinas. Luego de recibirse y trabajar como maestra en zonas rurales, partió a Buenos Aires y a los 25 años se consagró como laica en la congregación de las Paulinas de la Obra Cardenal Ferrari, donde fortaleció su profunda espiritualidad y cultivó su pasión por la escritura.

Durante ese tiempo estudió letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Además, en la propia congregación religiosa dirigió la revista “Señales”, una publicación cultural católica. Ella le dio una orientación más literaria y abrió sus páginas a escritores de distintas tendencias y convicciones, como Jorge Luis Borges, José Bianco, Humberto Constantini, Abelardo Castillo, Dalmiro Sáenz, Federico Peltzer y el autor chileno José Donoso, entre otros.

Condujo la publicación desde 1957 hasta 1964, año en que se retiró de la Compañía de San Pablo. Entre sus obras, se destacan: “Los que comimos a Solís”, “Espejos y daguerrotipos”, “En el campo las espinas”, “El general, el pintor y la dama”, “Las batallas secretas de Belgrano” y “La amante del restaurador”.

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