El nuevo secretario de Seguridad dijo que la prioridad es restablecer la cadena de mandos de la fuerza y volver a una estructura vertical. Anticipó que se va a realizar un mapa del delito y que al efectivo que se “lo agarra en algo raro va preso”.

—¿Cuál fue el momento más difícil en Haití?

—Cuando no supe qué hacer. No sabía por dónde empezar. Fue un shock muy importante.

—¿Y por dónde empezó?

—Por reconstruir la cadena de mandos.

Cuatro años después y a más de seis mil kilómetros de Puerto Príncipe, donde en 2010 un terremoto provocó una de las peores catástrofes de los últimos años con más de 250 mil muertos, Gerardo Chaumont, nuevo secretario de Seguridad provincial, piensa empezar su gestión en la provincia con la misma premisa: “Hay que restablecer la cadena de mandos en la Policía de Santa Fe. Es necesario para su mejor funcionamiento que sea una fuerza vertical. El único que da órdenes soy yo y son impartidas a una sola persona: al jefe de Policía”. “No reniego de la militarización de la Policía en términos de disciplina”, aporta. El miércoles Hermes Binner, ex gobernador y presidente del Partido Socialista, dijo lo mismo: “En Santa Fe es necesaria una mayor militarización de la Policía”.

Chaumont recuerda sus misiones internacionales porque hace pocos días que asumió y ni siquiera tiene una oficina. Recién arranca en su gestión y el perfil bajo que quería mantener se rompió en mil pedazos luego de que asesinaran el miércoles, en Villa Gobernador Gálvez, a Luis Bassi, padre del “Pollo”, preso y procesado por matar a Claudio Cantero, líder de la banda de Los Monos. El jueves a la tarde, en un despacho prestado en la sede de gobernación de Rosario, esperan los periodistas para entrevistar al nuevo funcionario. Chaumont evita hablar del futuro, de las medidas que tomará, porque todo está en proceso de evaluación.

“Hace tres años que estaba gozando de la lectura, de la familia, del perro, en mi casa en Villa Giardino, Córdoba. Me llamó Ricardo Spadaro (secretario de Análisis y Articulación de Procesos Interministeriales) para proponerme por decisión del gobernador Antonio Bonfatti este desafío. Spadaro siempre fue mi superior, a quien le tengo un gran respeto. Podemos tener una afinidad pero él es un jefe y nos tenemos respeto mutuo. Tenemos un trato muy cercano pero no nos tuteamos”, cuenta.

—Su primer contacto con la Policía fue difundir un documento en el que marca una serie de principios, una hoja de ruta. ¿Qué reacción percibió de parte de la Policía?

—Esa es la Biblia, que no va a cambiar nunca. Ahora, hay que hacer camino al andar. Tenemos que lograr que la Policía sea visible y que la población se sienta protegida. Estamos evaluando algunas medidas. Pensamos compensar la falta de efectivos con algunas herramientas tecnológicas. Y tenemos en estudio una convocatoria a los efectivos retirados, algo que ya se hizo pero no funcionó muy bien. Ahora se piensa proponer otro incentivo económico.

—¿Como secretario de Seguridad ¿qué tarea va a cumplir? ¿Va a tener una misión determinada?

—Mi tarea exclusiva es la Policía. La seguridad tiene 1.500 patas, pero yo estoy al frente de la Policía.

—¿En materia de seguridad qué va a priorizar en una primera etapa en la gestión?

—Estamos realizando un mapa del delito para saber dónde se producen los problemas, en qué horarios, y ver cómo podemos reforzar al personal para combatirlo. Cuando hay presencia policial actúa la disuasión y la experiencia indica que normalmente el delito no se comete. Por eso es importante también la Policía Comunitaria, no tanto porque vaya a disminuir el delito sino porque contribuye a crear la confianza en la Policía.

—¿Y qué va a hacer con una fuerza cuestionada y sobre todo sospechada de tener vinculaciones con el delito?

—Tiene que haber disciplina. Y eso es necesario que exista a partir de las órdenes que se imparten. Tenemos que lograr que la gente confíe. Y para ello es necesaria la disciplina. El policía no puede menospreciar al ciudadano. No puede estar parado masticando chicle, fumando un pucho mientras al lado se para una moto con gente sin casco. Y cuál es la reacción: mirar para otro lado. Y si es posible centrar su vista en alguna mujer que pasa caminando. Estamos tratando de cambiar esto. Primero los efectivos deben estar bien vestidos, con buena presencia, porque a partir de este punto elemental podemos empezar a trabajar. El uniforme es de uso obligatorio. Desde el jefe de la Policía hasta el último agente deben estar uniformados e identificados. Si se cumple con esta premisa después podemos avanzar en otras cosas más sofisticadas como la eficiencia en el combate contra el delito. Además el uniforme le da al policía, pertenencia. Y tenemos que lograr que este hombre o esta mujer que están en esa función se sientan orgullosos de ser policías.

—¿No cree que esas cuestiones de forma son menos importantes que otras, como que un ex jefe de la Policía como Hugo Tognoli esté preso por connivencia con el narcotráfico?

—Son cuestiones distintas. Yo ya lo dije, al primero que agarre en algo raro va preso.

—Usted habla de retornar a la mayor verticalidad y de disciplina y también de militarización de la Policía.

—El primer paso lo tiene que dar el jefe de la Policía. Tiene que crear un estado mayor. Yo la orden se la doy a una sola persona, al jefe. Después él tiene que impartir las órdenes hacia el resto de la estructura. La tarea de la reconstrucción de la cadena de mando policial no es fácil, porque viene de hace mucho tiempo cascoteada. Pero qué pasó. La Policía no se desprestigió sola. Leía un diagnóstico que hizo el ex gobernador Jorge Obeid cuando inició la reforma policial y era claro ya este panorama. “Una policía utilizada por militares y civiles en beneficio de intereses político-partidarios”. Eso corrompe. Es muy claro.

—¿Cómo puede ser que la ciudad de Córdoba tenga 67 homicidios en lo que va del año y en Santa Fe se haya cometido cerca del doble y en Rosario se superaron los 200? ¿No cree que hay una cuestión particular frente a otras provincias que tienen problemas de inseguridad pero no muestran estas cifras de homicidios?

—Una hipótesis es que el gobierno provincial inició una acción decidida del control del delito. Cuando esto ocurre, automáticamente va a tener dos reacciones indeseadas: aumento de los robos comunes y de los homicidios. Ésa puede ser una hipótesis y ojalá que sea así.

Textuales

Control.“Ya pedí de todos los policías que ascienden ahora, que todos los legajos sean pasados por la Afip, para ver quién es quien, porque si usted con un sueldo de ocho mil pesos tiene una casaquinta tendrá que explicarlo”.

Transparencia. “Cuando vayamos a designar a los jefes de comisarías, durante 15 días antes vamos a tratar que la publicación de los nombres sea puesta a conocimiento de la población para que, si alguien tiene algo que objetar, lo haga y nosotros lo estudiemos”.

Visibilidad. “Ahora tenemos muchos policías custodiando bancos, edificios públicos, personalidades y otras que no lo son tanto, oficinas administrativas. Tenemos muchos partes de enfermo, mucha gente en servicio administrativo, y todo eso va licuando el personal. Nuestra primera premisa es visibilidad”.

Fuente El Litoral