El trigo ya fue sembrado en su totalidad. Y del girasol sólo el 7 % del área prevista. El maíz alcanzó al 1 %.

La persistente sequía que afecta a buena parte de la región agrícola obligó al abandono de numerosos proyectos de siembra de trigo, cuya campaña prácticamente acaba de finalizar, además de condicionar los incrementos previstos en las áreas dedicadas a girasol y maíz.


De acuerdo con un relevamiento de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, al 31 de agosto ya se sembró 99,3% de las 5,4 millones de hectáreas dedicadas al trigo para el ciclo agrícola 2007/08.
Según la entidad, la prolongada ausencia de lluvias y las intensas heladas secaron los suelos y provocaron el abandono de intenciones de siembra en sectores continentales extra-serranos del sudoeste y sudeste agrícola, recorte apenas compensado por expansiones mayores a las previstas en Córdoba, norte de La Pampa y centro de Santa Fe.
Sin embargo, advirtió la Bolsa de Cereales en su Panorama Agrícola Semanal, «los cultivos necesitarán lluvias y mayor temperatura para potenciar el crecimiento aletargado y no afectar la formación de granos (rendimiento)».
En el caso del girasol, la sequía detuvo la implantación en Chaco y Santiago del Estero, y complicó también las coberturas en casi todo el norte de Santa Fe, reveló el trabajo.

Girasol

A nivel nacional, al viernes pasado la siembra de la oleaginosa alcanzó a sólo 6,7% de los 2,6 millones de hectáreas aún proyectadas, informó la entidad presidida por José María Gogna.
No obstante, advirtió el informe, la prolongada ausencia de lluvias motiva un atraso de 8,7 puntos respecto a similar fecha del año anterior, y mayor aún (de 12,2 puntos porcentuales) si se la relaciona con el avance de la campaña agrícola 2005/06.
«La seca abarca casi la totalidad de los departamentos esteños de Santiago del Estero, sudoeste y centro del Chaco; y afecta fuertemente al noroeste de Santa Fe y en menor medida al nordeste», explicó la Bolsa de Cereales.
Según la entidad, la falta de humedad «no sólo impide las siembras, sino que afecta la evolución de lo sembrado, donde los fuertes fríos también ralentizan las etapas vegetativas iniciales».
Si el clima seco persiste, una eventual merma en la superficie a sembrar en las provincias norteñas sería compensada por el aumento de entre 15 y 20% esperado en el sudeste-sudoeste de Buenos Aires y el centro sur de La Pampa.
«Con este escenario, la proyección del área sembrada se mantiene en 2,6 millones de hectáreas, 9% mayor a la zafra pasada», pero no se descartan mejoras «si un clima húmedo en lo inmediato permite cumplir las intenciones originales en las provincias del norte del país», estimó el informe.
Maíz
En tanto, la falta de humedad superficial, y fundamentalmente la baja temperatura en los suelos, demoran la implantación de maíz, del que se sembró apenas 0,9% en el centro y norte de Santa Fe, algunos lotes aislados en Entre Ríos y otros muy puntuales en el sur santafesino.
«La superficie proyectada con destino a grano comercial se mantiene transitoriamente en 3,27 millones de hectáreas, 14% superior a la zafra precedente, pero puede sufrir modificaciones de tendencia decreciente según la evolución de los factores que resultan más cruciales», arriesgó la Bolsa de Cereales.
Entre otros factores, la entidad mencionó «la humedad y temperatura en los suelos, la oferta de insumos clave y los precios relativos de cultivos competidores».

El campo espera propuestas

El vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Biolcati, advirtió que el campo espera «propuestas concretas» en las próximas elecciones presidenciales y reclamó que no se alimente «el clientelismo político».
Al inaugurar la exposición rural en la ciudad entrerriana de Concordia, Biolcati consignó que el aportes que hace el campo en concepto de retenciones, «con un importe adicional de 1.700 millones de dólares que constituyen un nuevo aporte, es un regalo impensado que el campo sirve en bandeja de plata a las arcas del Estado Nacional».
«Eso nos hace felices -dijo el dirigente-, nos llena de orgullo y sólo pedimos, dentro del sentimiento solidario que anida en cada hombre de campo, que esa nueva contribución se aplique sin retaceos a aliviar las necesidades de los sectores más desprotegidos en forma concreta y efectiva, mejorando centros de salud y asistencia directa y no alimentando el clientelismo político que sólo satisface el oportunismo de unos pocos».
Biolcati recordó que el campo «contribuyó en gran medida a apagar las llamas» de la crisis de fines del 2001.
Expresó además que «a pesar del excelente crecimiento de los últimos años, la política económica actual está con incipientes dificultades».
«La inflación, la crisis energética, la suba del gasto público, el encarecimiento del crédito y la actualización de las tarifas son severos problemas a resolver en un futuro inmediato», dijo.