El país apenas superó el cuello de botella y parece tener energía suficiente; pero la red de distribución domiciliaria quedó estancada en el tiempo mientras la demanda sigue en aumento.

Foto Nestor Gallegos

El noviembre más caliente de los últimos 53 años en el país volvió a poner en evidencia que las redes de distribución domiciliaria de energía eléctrica no dan abasto. Y que los cortes seguirán ante situaciones extremas porque las inversiones llevarán un tiempo largo y recursos que no están disponibles en lo inmediato.

Con la recuperación de la actividad económica desde 2001, una polémica política nacional logró recomponer la generación de energía eléctrica para acompañar la demanda. Pero el sector necesita, además, de las redes de distribución, y son éstas las que tienen retrasos históricos en sus inversiones.
Ayer, la Empresa Provincial de la Energía, que se encarga de la distribución en todo el territorio provincial, no tuvo mayores problemas según su vocero. La salida de servicio de un centro distribución en Rosario se sumó a reclamos por baja tensión. En esta ciudad, los cortes se registraron más en días previos aunque ayer hubo algunos.
Los trabajos de mantenimiento permitieron cubrir la demanda de 1.564 MW, ayer a las 16.50 en toda la provincia, algo por debajo del récord de los 1.661 MW del 18 de enero en toda la provincia. Pero los problemas volverán porque la red está obsoleta y las inversiones necesitan recursos que no están disponibles en lo inmediato.

La historia que no fue

En 1999, la administración de Antonio Caro canceló un programa de inversiones de 100 millones de dólares financiados por el Banco de la Nación, a los que se sumaban otros 200 millones de la misma moneda que debía poner la EPE. Aquel plan que se desarrollara en la gestión de Ángel Baltuzzi caducó ante los vientos privatizadores primero y las crisis socioeconómicas más tarde.
Ahora, la polémica se instaló en el escenario político. El gobernador Hermes Binner anunció un plan que está lejos de aquellas cifras, en unos 1.000 millones de pesos y a tres años; avanzamos tras 24 años de desguace del servicio eléctrico, dijo el mandatario.
Pero a la incertidumbre financiera global y local, se suman las suspicacias de los diputados opositores. Los recursos del proyecto de Presupuesto 2009 para la EPE no están destinados a inversiones, sino a cubrir el déficit, a pesar del doble incremento de tarifas de este año, según evaluaron Silvina Frana y Ricardo Peirone.

Públicos y privados

Si la EPE tiene problemas, las privadas Edenor y Edesur muestran en Capital Federal y gran Buenos Aires que la desinversión no reconoce modelos ni ideologías: más de 50 mil usuarios se quedaron si luz en esa zona del país, en una escena que el calor repitió para Córdoba o Entre Ríos.
Edenor sirvió ayer 3.600 MW (más del doble de la EPE en toda la provincia) y Edesur ofreció otros 3.310 MW; pero los cortes se multiplicaron en varios barrios y los porteños se quejaron con renovados cacerolazos.
El ministro De Vido amenazó con multas y sanciones a las prestadoras privadas a las que él mismo subsidia para que haya tarifas más baratas y menos problemas en el entorno inmediato de la Casa Rosada.
En Santa Fe, en cambio, la prestadora pública no está sometida a multas salvo cuando su problema se transfiere a la red de alta tensión. Para los ciudadanos, no hay marco regulatorio ni reglamentaciones que defiendan al usuario del servicio público; sólo quedan la vía de la queja administrativa, la defensoría del pueblo y la esperanza de que el clima no complique más las cosas.

Todos los actores

  • Estado nacional. La Secretaría de Energía aplica las políticas dictadas por el Ministerio de Planificación. El Ente Regulador de la Energía (Enre) controla a los actores del sistema.
  • Cammesa. La Compañía Administradora del Mercado Eléctrico es mixta (capitales públicos y privados). Compra la energía a las generadoras y organiza el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) paras alimentar el Sistema Argentino de Interconexión.
  • Generadoras. Las usinas que producen electricidad son las térmicas (a gas o gasoil, como la nueva de Timbúes); las hidroeléctricas (Yacyretá, El Chocón, etc.) y las atómicas (Atucha y Embalse).
  • Transportistas. Son las líneas de alta tensión que llevan la electricidad desde las usinas hasta los centros de consumo urbanos o industriales. Transener opera las líneas troncales (500 kv) y las regionales (330 kv, 220 kv, 132 kv).
  • Distribuidoras. Llevan el servicio hasta los consumidores. Son empresas públicas (EPE en Santa Fe, Epec en Córdoba) o privadas (Edenor y Edesur en Capital Federal). También operan algunas líneas regionales de media tensión, y estaciones transformadoras.
  • Grandes usuarios. Contratan la energía sin pasar por las distribuidoras. Son por los general grandes industrias con uso intensivo de electricidad.

Obras en marcha

La estación transformadora que se construye en Blas Parera y la licitada para el puerto de Santa Fe se suman a la repotenciación de la terminal de Las Rosas y a la ya finalizada en Venado Tuerto. Echesortu, Aeropuerto y Ovidio Lagos son las que están en marcha en Rosario. Las obras se reactivaron después de muchos años de estancamiento, a la espera de una privatización que no llegó. Pero el plan de expansión necesita recursos financieros que la provincia no puede asegurar, mientras el gobierno nacional subsidia a las prestadoras privadas porteñas y le resta coparticipación a la provincia.