El papa Benedicto XVI recordó hoy a las personas secuestradas en América latina, Medio Oriente y Africa y lanzó un llamado por la liberación de los «numerosos» rehenes en el mundo.

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«En la atmósfera navideña se advierte más fuerte la preocupación por los que se encuentran en situaciones de sufrimiento y de gran dificultad«, dijo el Pontífice desde su balcón de la Plaza de San Pedro del Vaticano ante un centenar de fieles.

En un lluvioso día en el Vaticano, el Papa pidió a los presentes en San Pedro que rezaran por todos los secuestrados en varios lugares del mundo de los que «no siempre se tienen noticias».
«Pienso en los secuestrados ya sea por motivos políticos o por otras causas en América latina, Medio Oriente y Africa. Nuestro solidario rezo vaya en este momento para todos ellos en forma de una ayuda íntima y espiritual», dijo.
Benedicto XVI hizo particular referencia a las misioneras italianas Maria Teresa Olivero y Caterina Giraudo, secuestradas hace más de dos meses en el norte de Kenia.
«El Señor, que al nacer ha venido a regalarnos su amor, llegue al corazón de los secuestradores y permita cuanto antes a nuestras hermanas ser liberadas para poder retomar su desinteresado servicio a los hermanos más pobres», afirmó el Pontífice.
El Papa pidió que la victoria del martirio de San Esteban, el primer mártir de la Iglesia, sirva para que hoy los cristianos no respondan «al mal con el mal, sino con la fuerza de la verdad y del amor».