El Fiscal Federal solicitó la elevación a juicio oral de la causa que tiene dos imputados. La camioneta, con identificación de un organismo nacional, levantó suspicacias en cuanto a la titularidad del utilitario.
El Fiscal Federal de Santa Fe Walter Rodríguez solicitó el pasado 6 de septiembre la elevación a juicio de la causa que él mismo encabezó desde el Ministerio Público en la segunda quincena de enero de este año.
Rodríguez debió investigar el origen de los 446 kilos de marihuana que estaban dentro de una camioneta de gran porte, una Mercedes Benz Sprinter Modelo 413, que fuera localizada en un camino del departamento Las Colonias, abandonada, al costado de la ruta el domingo 15 de enero de este año. El titular del Ministerio Público tuvo a su cargo las actuaciones y ordenó una batería de diligencias en los primeros días. Su objetivo primordial era individualizar al o los responsables del traslado de la droga.
Rápidamente el trabajo del Fiscal comenzó a dar sus frutos, sobre todo partir del hallazgo en el interior de la camioneta de un ticket de carga virtual para un teléfono celular. A partir de la información contenida en el pago se comenzó con una tarea de rastreo hacia atrás de los actores intervinientes. El fiscal tuvo el acompañamiento del juez federal que intervino en la causa, Reinaldo Rodríguez, que autorizó y dio curso a las medidas que Walter Rodríguez solicitaba apara avanzar en la causa.
El ticket de pago fue importante como punto de partida, también las imágenes registradas por las cámaras de seguridad de una estación de servicios de Tostado, donde un grupo de hombres, desdoblados en distintos coches (entre ellos la camioneta), cargaron combustibles y compraron algunos insumos.

El ploteo de la controversia

Sin apresurarse, pero a paso firme, el trabajo del fiscal permitió desligar al Ministerio de Desarrollo Social de la nación del traslado de la droga. Rodríguez puso establecer que la camioneta fue acondicionada en una localidad del sur bonaerense y el ploteo con inscripciones que daban cuenta de un supuesto traslado de insumos para poblaciones en riesgo nutricional, formaban parte de un ardid de distracción.
Para el representante de la acusación, esta probado que el misionero Santiago Obregón, de 35 años, cumplió tareas de “barrido” en el traslado de la droga por las rutas argentinas, desde localidades cercanas al límite con Paraguay, hasta –se presume- Buenos Aires o Mendoza. El imputado se movía en una cupé BMW que, increíblemente, estaba registrada a nombre de su madre. Obregón, sería el gestor de capitales en el Paraguay para la compra y traslado de marihuana en nuestro país. Un informe de Migraciones acredita varias salidas desde Argentina al país vecino desde 2006 Ver notas de archivo relacionadas).
Para el fiscal Rodríguez hay elementos suficientes para juzgar la conducta que tuvo el otro detenido en la causa, Raúl Franeff, oriundo de Lanús, de 33 años. Su aporte fue haber acondicionado la camioneta usada para el traslado de la droga, lo cual data desde el primer contacto que tuvo con el vehículo, que se registra en un taller habilitado de la localidad de Burzaco, en Buenos Aires, el 13 de julio de 2011. En esa oportunidad, el utilitario tenía un dominio falso y lucía el ploteo con el que fue hallado el 15 de enero pasado. Franeff quedó complicado además en la causa por haber presentado el día 13 de julio del año pasado una cédula de identificación de automotor trucha. Fue cuando llevó el vehículo al taller habilitado para una revisión técnica vehicular.
El Ministerio Público hizo el requerimiento de elevación a juicio con profusa documentación existente en el expediente, entre los que sobresalen informes periciales de Gendarmería y de la Afip, entre otros organismos. También profundiza su posición en las responsabilidades  penales de los imputados incorporando al escrito de elevación a juicio fragmentos de conversaciones por teléfono, obtenidas mediante intervención de la SIDE.
En el requerimiento de elevación a juicio el Fiscal le atribuye a los imputados las responsabilidades penales en la comisión de los delitos de transporte de estupefacientes, agravado por la intervención de dos o más personas y en el caso de Franeff,  por haber falsificado la habilitación para circular de un vehículo automotor – por un lado – y por falsificar un objeto registrado legalmente de otra manera (el dominio del vehículo).

Fuente El Colono del Oeste