Alrededor de 10.000 personas de diversas edades y clases sociales vibraron junto a la agrupación liderada por Marcos Camino y Rubén Deicas, celebrando 40 años de vigencia.
El título no es casual: la celebración por las cuatro décadas de Los Palmeras tuvo una duración cercana a las cuatro horas, contando las participaciones de los grupos invitados. Y de todos los que en video, por carta o personalmente quisieron saludarlos en esta celebración: de “Chiqui” González al “Chino” Maidana y el “Bichi” Fuertes, del “Pájaro” Gómez (Vilma Palma e Vampiros) y Monchito Merlo a Dady Brieva, de Fabián Mazzi y Hugo Isaak a la dupla de Mario Barletta y Carlos Fertonani (organizador del evento), en una velada llena de éxitos de la dilatada carrera del grupo más emblemático de la música que nació en Colombia y se recreó en Santa Fe.
Tras imágenes documentales sobre la relación de Rubén Héctor “Cacho” Deicas y su hijo Cristian Rubén (más conocido como “Matt Hungo”), guitarrista de Astro Bonzo, fue el turno de éstos de pisar el escenario y aceptar el desafío de enfrentar otro público: “Mujer mocoretá”, “Flaca azul”, “Regresame en sueños”, “Blues del resentido” y “Te llena de rock” sonaron para los oídos tropicales.

Clásico santafesino

Luego de un repaso en video de la historia de Los Palmeras, aparecieron sobre el escenario los homenajeados, en “uniforme de verano” (camisas en tonos celestes). Vino ahí un set compacto de unos 40 minutos, llenos de hits y enganchados: “El bombón asesino” fue la carta de presentación, para pasar por las destrezas de Marcos Máximo Camino en “La suavecita”, hits como “Corazón no me preguntes” y el despliegue vocal de Deicas en clásicos como “El amor en mi bohío” (donde puede mostrar sus dotes de córner tropical, con su ligero vibrato en frases como “con mi morena hago el amor, y es más lindo, y es mejor”). Desgraciadamente, la Estación Belgrano volvió a decepcionar desde el punto de vista sonoro y, a pesar de la apuesta de sonido principal y refuerzos la chapa, volvió a desmerecer el despliegue sonoro de los artistas.
Los mismos que picotearon en más éxitos coreables como “Por primera vez”, también adecuada para el otrora cantante melódico de Los Búfalos, o “Cómo no voy a quererte” y “Voló la paloma”. Y si el video de presentación se había limitado a las portadas de los discos para narrar la historia, la pantalla de LEDs del fondo de escenario proyectó durante todo el show imágenes de todas las épocas del grupo: las distintas formaciones, los distintos transportes (de la primera camioneta al actual motorhome), e imágenes con los personajes más variopintos: Maradona, Anabela Ascar, la Niña Loly, Leo Mattioli, José Vignatti, Mirtha Legrand, Virginia Tola, y muchos más.

Míticos invitados

Roberto “Pipi” Rivero (nadie más que él podía ser maestro de ceremonias de esta velada) llamó a una pausa, que comenzó con otro video que contaba lo mismo que el anterior pero con otra edición visual.
Y ahí nomás aparecieron los segundos invitados: Los Fundadores del Imperial, quinteto liderado por los hermanos colombianos (radicados hace 48 años en el país) Juan de Dios y Octavio Acosta Arias (este último padre del corista de Los Palmeras), dos de los originales integrantes del Cuarteto Imperial. de sombrero y ponchito (demasiado para la calurosa noche) demostraron el sonido original de la cumbia colombiana (de la que supieron mamar los santafesinos), con güiro de madera, “pelando” clásicos antediluvianos como “Se va el caimán”, “Cumbia sobre el mar” (éxito también por Los Palmeras), “Santander de Batunga”, “Caramelo Santo” o “La Piragua”.

Siga el baile

Tras los saludos presenciales y grabados, volvieron los protagonistas de la noche, metiendo enganchados con “Muchacha triste”, “Loca baila” y “La bestia pop” (hit ricotero que levantó al público), entre otros, y el tecladista Claudio Palermo compartió una canción con ellos. Luego, invitarían a los hermanos Acosta Arias al escenario (“como pocas veces se puede hacer, o nunca”, según Camino) para volver a interpretar algunos temas como“Cumbia sobre el mar” y “La Piragua”:
—Cuántos recuerdos -le dijo “Cacho” a Octavio.
Luego del “Cumpleaños feliz” al organizador Carlos Fertonani, extensivo al grupo y a otros cumpleañeros como Barletta, Germán Lerche y Alberto Maguid, comenzó a llegar el final, con chicas bailando sobre el escenario (con más aspecto de egresadas de Adoratrices que de bailanta barrial: otra conquista de la propuesta policlasista del conjunto) y canciones imbatibles como “Ahora yo”, “Cómo Alí” (improbable versión tropical del viaje ácido de Andrés “Ciro” Martínez) y “El parrandero”, con una yapa de “Doble vida”.
Así finalizó la maratónica jornada del sábado, donde los veteranos músicos aceptaron la propuesta de festejar las cuatro décadas de vida de su propuesta, un emblema de la música local; algo que (reconocieron) en un principio no estaban con ánimos de hacer. Unas 10.000 personas festejaron su cambio de planes, extasiados de cadencias centroamericanas.

Fuente El Litoral