Tal cual estaba pronosticado desde hace un par de días, se desató una fuerte tormenta en la provincia de Santa Fe.

El sábado por la madrugada comenzó todo con la voladura de techos y anegamiento en Reconquista, prosiguió hoy domingo en Arroyo Seco, Providencia, Ceres, San Cristóbal, Santo Domingo (dónde el viernes un galpón de grandes dimensiones no soportó el fuerte viento); Corona vió arruinada la ciudad y su emblema que es la Costanera.

Los datos no son para nada alentadores, las lluvias se multiplican, los campos y zonas urbanas se inundan, una situación muy delicada.

Mañana lunes hay reunión del gobernador santafesino con su gabinete y por la tarde lo harán con el Ricardo Buryaille del gobierno nacional convocados por Carsfe; dónde además otros representantes intentarán consensuar una salida rápida y efectiva al problema que ya es de todos.

Los más damnificados, los tamberos, sino son visitados por quienes toman las decisiones en la provincia o en la nación en la próximas horas comenzarían con los cortes de rutas.

La situación es límite, sólo el sentido común, la gestión rápida y que los intereses creados no pesen más que las necesidades de los santafesinos; será lo que podrá encaminar esta difícil situación.