Los largos meses de precios deprimidos a causa de la sequía, las buenas perspectivas climáticas, sumado a la implementación del “dólar maíz» y cuestiones de mercado, hicieron que los valores de la hacienda en pie dieran un salto importante en los últimos meses.

Desde principio de año hasta el último bimestre se estaban observando valores que sufrían modificaciones mínimas, casi imperceptibles comparadas con la inversión y el esfuerzo que hace el productor día a día en los rodeos. Sin embargo, en los últimos sesenta días comenzó una recuperación que va desde un 40 a un 50%, dependiendo la categoría, en el valor de la hacienda.

No obstante, esta suba sigue estando muy por debajo de la inflación, que se ubica en el 130% interanual. Si bien no se espera que vaya en relación a la escalada inflacionaria, todavía hay margen para la actualización de precios, teniendo en cuenta que todo lo que se dio en aumentos en el último año, fue en estos últimos dos meses.

Respecto a los factores que llevaron a estos signos de recuperación, hay que observar el movimiento del mercado en el último tiempo. En la invernada, la sequía acelero el proceso de extracción de los campos. Lo que se vendía de forma pausada durante grande parte del año, se atomizó y concentró las ventas en los primeros seis meses. Yendo al mercado de abasto, la seca golpeo de la misma forma y el productor ha vendido también más hacienda, por lo que sin dudas hay menos oferta de animales y esto siempre impacta en el precio. En este sentido, el mercado actúa como oferta y demanda, cuando el ternero falta el precio sube y cuando hay una sobreoferta tiende a bajar.

Otro punto a tener en cuenta es el contexto económico. Los diferentes vaivenes en nuestra economía y la falta de previsibilidad, hicieron que el productor se incline por adquirir hacienda como un resguardo de valor para no perder ante la inflación y las constantes trabas cambiarias.

Por otro lado, el dólar maíz también tuvo su impacto. Todas las unidades de negocios relacionadas a la hacienda, como el feedlot, el tambo, la producción de cerdo y aves, entre otras, se vieron afectados con el aumento de la materia prima principal para producir el alimento, trasladándose indefectiblemente a los precios del ganado en pie.

En este contexto, la devaluación impuesta por el gobierno luego de las primarias, caló hondo en el bolsillo de la gente. Esto hará que haya un freno en esa suba continua que se viene dando, ya que la caída en el consumo generará que los precios vuelvan a retrotraerse hasta que se estabilicen nuevamente.

Sin dudas el contexto económico-social del país no es el más favorable. Sin embargo, se están dando algunas señales de recuperación y eso es muy positivo para el sector ganadero, teniendo en cuenta que se esta saliendo de una de las sequias mas importantes de la ultima década.