Ni el más perfecto novelista de terror, hubiera podido escribir historia semejante. Un horror que comenzó el 13 de febrero de este año, pero que se fue tejiendo de forma invisible en los últimos cinco años de la ingeniera agrónoma esperancina, Marcela Chiaro, la mujer y madre de una nena de dos años y seis meses, cuando se fue a vivir a Tucumán con Luis Corral, médico veterinario originario de la provincia de Buenos Aires.
Marcela Chiaro fue asesinada y hay ocho detenidos en San Miguel de Tucumán, entre ellos, el marido y padre de su hija y dos amantes femeninas de Corral.
La vida de la familia Chiaro, sus padres y dos hermanas, se sabe y se adivina como un calvario tan brutal como injusto. Sin paz en cada día a raíz de las noticias que se duceden.
«Una vez más, los familiares de Marcela Chiaro viven momentos de angustia, de tensión y de zozobra.
Ayer -por el miércoles- comenzó a rodar una nueva hipótesis de haberse hallado el cuerpo sin vida de la ex esposa del veterinario.
Muchas veces, la familia Chiaro tuvo la sensación de estar cerca de encontrar a la joven, que tenía 38 años al momento de la desaparición, desde aquel 13 de febrero, en su casa de Inca Garcilaso al 300. Días después, cuando la Policía encontró restos de sangre y detuvo al concubino de Marcela, Luis Corral y a la amante de éste, Paola Castro, el caso pareció estar cerca de resolverse.
Sin embargo y, a pesar de que ambos siguen detenidos, no fue así.
Ahora, la aparición de restos óseos en medio de un cañaveral en la zona de Leales, volvió a ubicar al caso Chiaro en la primera línea de investigación de los pesquisas.
La nueva hipótesis comenzó a circular a partir del hallazgo de un cráneo en estado de descomposición en medio del cañaveral.
Un grupo de operarios se disponía a trabajar, pero debieron suspender la tarea cuando uno de ellos descubrió los restos óseos.
Los trabajadores llamaron a la Policía. En el lugar se presentó un equipo de investigadores, liderado por el jefe de la división Homicidios y Delitos Complejos, comisario Hugo Cabeza. Tras un rastrillaje en la zona del hallazgo, los investigadores encontraron también prendas de mujer cerca de donde estaba el cráneo.
Esos elementos despertaron las sospechas sobre la posibilidad de estar frente al cuerpo de Chiaro; sin embargo, los policías anoche prefirieron ser cautelosos.
Se anunció que aguardarán el resultado de los estudios que se harán en los restos óseos encontrados.
El cráneo está en manos de los médicos forenses. Según trascendió, se reforzó la posibilidad de que pertenezcan a la joven Chiaro, porque los restos tienen cabello castaño y enrulado.
Además, los investigadores analizaron un dato fundamental: se consideró que el cuerpo puede haber sido arrojado en esa zona después de febrero, cuando los cañaverales ya tienen una altura promedio de medio metro. «Si hubiese sido puesto antes de febrero, habría quedado al descubierto», confió una fuente policial.
Puede haber novedades importantes en los próximos días porque la policía sigue una pista, dijimos en la nota periodística de días pasados. Esta podría ser la respuesta al anticipo periodístico.
Fuente: La Gaceta / El Colono del Oeste