Con motivo de conmemorarse el Día Mundial del Agua, el coordinador nacional del proyecto de Manejo Integral del Agua para la Agricultura Familiar del INTA, Mario Basán Nickisch, consideró indispensable a ese fluido para promover «cambios visibles en las comunidades rurales».
El coordinador nacional del proyecto de Manejo Integral del Agua para la Agricultura Familiar del INTA, Mario Basán Nickisch, consideró indispensable a ese fluido para promover «cambios visibles en las comunidades rurales».
Las reflexiones del técnico fueron difundidas por INTA Informa, en oportunidad de celebrarse el Día Nacional del Agua. Así, explicó que en calidad y cantidad «es indispensable para promover cambios visibles en las comunidades rurales en términos de arraigo, de salud y de trabajo».
El 70 por ciento del agua dulce extraída en el mundo es utilizada en la agricultura, pero su distribución en el medio rural no es uniforme y su acceso es desigual.
Esta problemática es abordada por instituciones como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Tecnología Agropecuaria (INTA).
El 22 de marzo de 2013 es la fecha declarada por la ONU, Organización de las Naciones Unidas, como Día Mundial del Agua, en el año de la Cooperación en la Esfera del Agua.
En cuanto a la disponibilidad, uso y gestión sostenible del recurso, el INTA desarrolla tecnologías para acceder a fuentes seguras y tratamientos que permitan su reutilización para consumo humano y uso productivo.
El organismo de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), opina que más de un tercio del total del agua dulce presente en el mundo se encuentra en Latinoamérica.
Sin embargo, su disponibilidad no es universal, ya que la falta de acceso al recurso en el medio rural es cinco veces mayor que en las urbanas y de ella depende el acceso a otras tecnologías, necesarias para mejorar las actividades productivas y la calidad de vida.
Juan Herrero, técnico asesor de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar de la Nación, indicó que desde esa cartera se desarrollan múltiples proyectos para garantizar el agua para consumo «con estrategias diversas y en base a tecnologías que proveen organismos como el INTA».
El acceso al agua es una demanda recurrente en el medio rural «sobre todo en las poblaciones más dispersas, lo que demuestra que todavía hay un capítulo pendiente en relación al acceso al agua», expresó.
En la Argentina, el 75 por ciento del territorio es semiárido o árido y el agua es un recurso indispensable tanto para consumo humano y abrevado de animales, como para riego de los cultivos o huertas para la producción.
Por lo tanto, Basán Nickisch manifestó que el acceso al agua «puede ser un condicionante en todo el país ya que muchas veces determina si la gente permanece o no en el territorio. Por eso, es importante que desde la institución trabajemos para proveer de herramientas y tecnologías diseñadas y ajustadas para los diferentes ambientes».
Existen nuevas tecnologías que permiten la captación de agua de lluvia para aumentar su disponibilidad y aquéllas que son de precisión permiten incrementar la productividad, perfeccionar y mejorar los sistemas de riego y reducir las pérdidas.

Claves para cuidar el agua

La ONU considera que la cooperación de quienes tienen el servicio es crucial para luchar contra la escasez y la pobreza
La buena gestión y la cooperación entre usuarios promueven el acceso al agua, la lucha contra su escasez y contribuyen a la reducción de la pobreza, afirmó la Organización de Naciones Unidas (ONU) al celebrarse hoy el Día Mundial del Agua.
Al menos 148 países poseen por lo menos una cuenca hídrica transfronteriza, razón por la cual la ONU declaró 2013 como el Año Internacional de la cooperación en la esfera del agua.
‘La cooperación en la esfera del agua es crucial para la seguridad, la lucha contra la pobreza, la justicia social y la igualdad de género’, sostiene un documento de la ONU.
‘La cooperación permite un uso más eficiente y sostenible de los recursos hídricos y se traduce en beneficios mutuos y mejores condiciones de vida’. Asimismo, ‘es fundamental para superar tensiones culturales, políticas, sociales y establecer la confianza entre las personas, las comunidades, las regiones o los países’.
El documento específico ‘Agua cooperación’ plantea que ‘la satisfacción de las necesidades humanas, el medio ambiente, el desarrollo socioeconómico y la reducción de la pobreza son fuertemente dependientes del agua’.
‘Una buena gestión del agua es especialmente difícil debido a algunas de sus características únicas: se distribuyen de forma desigual en el tiempo y en el espacio, el ciclo hidrológico es muy complejo y las perturbaciones tienen efectos múltiples.
‘La urbanización acelerada, la contaminación y el cambio climático amenazan el recurso, mientras que la demanda de agua aumenta para satisfacer las necesidades de una población mundial de siete mil millones de personas, la producción de alimentos, la energía, la industria y el uso doméstico.
‘El agua es un bien común y su gestión debe tener en cuenta una amplia variedad de intereses en conflicto, lo cual debe ser transformado en oportunidades para la cooperación entre los usuarios.
En 2025, cerca de 2000 millones de personas vivirán en países o en regiones donde la escasez de agua será absoluta y los recursos hídricos por persona estarán por debajo de los 500 metros cúbicos anuales recomendados, cantidad de agua que necesita una persona para llevar una vida sana e higiénica.
El agua de mala calidad puede aumentar el riesgo de enfermedades diarreicas, en particular, el cólera, la fiebre tifoidea, la salmonelosis, otras enfermedades víricas gastrointestinales y la disentería. La escasez de agua también puede dar lugar a enfermedades como el tracoma, la peste y el tifus. Así por ejemplo, el tracoma está muy relacionado con la falta de agua para lavarse la cara regularmente.
Según la FAO, la agricultura es una de las actividades que mayor cantidad de agua demanda, ya que el riego representa el 70% del total de agua dulce extraída en el mundo. Por esa razón el sector agrícola se enfrenta al reto de producir más alimentos de mejor calidad con cantidades razonables de agua y mediante mecanismos que aseguren su sostenibilidad ambiental.

Fuente Sala de Prensa – Presidencia de la Nación