La incertidumbre sobre la marcha de la producción mundial agroalimentaria. Lo sabemos. Desde que el gobierno nacional y el sector agropecuario entraron en conflicto, la crisis de confianza que dividió a unos y otros no hace más que profundizarse. Esperanza, en el marco de la celebración del día del agricultor, a través de la Municipalidad, la Sociedad Rural y el INTA, entre otras instituciones y empresas de primer nivel, recibió a Jorge Castro, economista de reconocida trayectoria en el ámbito de la gestión y el periodismo especializado, también reconocido por manejar con gran solvencia datos estadísticos, primeramente brindó una conferencia de prensa y luego se dirigió a empresarios y productores para hablar del escenario mundial en el Salón e la Rural ubicado en la Ruta Provincial 70.
En la charla con los periodistas, Castro enfatizó el problema de la “fuga de capitales” producida desde el 2008, proceso vinculado a la disminución de Inversión Extranjera Directa. En ella respondió a las preguntas vinculadas a “que le diría a los productores”, asunto sobre el que Castro se mostró optimista, es decir, su mensaje es alentador en la medida en que analiza valores macroeconómicos, por un lado y reconoce como estable y eficiente la oferta ecológica de nuestra pampa húmeda, en esa dirección el futuro es promisorio.

En el Salón de la 70

Ante numeroso público, Jorge Castro dio una conferencia sobre la situación en los próximos 3 años del mercado mundial de alimentos y comodities y la ubicación de Argentina es ese mercado.
“China está creciendo casi exclusivamente sobre la base del aumento de la demanda doméstica arrastrada por el consumo individual de su población”, sostuvo, ese es un primer dato clave, pues ese mercado consumidor, además, ha incorporado a su dieta los lácteos y sus derivados.
“Se acelera la convergencia estructural entre la República Popular China y la frontera del sistema capitalista que son los Estados Unidos, esto implica que el aumento del ingreso per cápita y el incremento de la productividad de la República Popular China crece por encima de los niveles de los Estados Unidos, por eso hay convergencia entre la primera de las economías emergentes y la mayor economía del mundo. Este proceso de convergencia estructural es el núcleo del capitalismo en la etapa de la globalización.” El economista advierte entonces sobre la equívoca idea según la cual este gigante es un reservorio casi inagotable de mano de obra barata y abundante. Incluso el aumento de los costos de producción, estará asociado a lo que denominará “la clase media China”, sector clave para entender el mundo económico.
El crecimiento espasmódico (es decir, no gradual, ni sostenido, sino a saltos) y desequilibrado del capitalismo “se revela y se acelera en las crisis. La última de ellas, de extraordinaria importancia, fue la que ocurrió en Septiembre del año 2008 cuando en EEUU cayó en Wall Street la cuarta banca de inversión del mundo: Lehmann Brothers y produjo una crisis financiera internacional que lo que hizo fue acelerar el traspaso del eje del proceso de acumulación global de los países avanzados a los emergentes”.

Con nombre y apellido: avanzados y emergentes

Pongámosle nombre y apellido a esto. Por países avanzados entendemos: EEUU, Alemania, Canadá, Italia, Francia, Inglaterra y Japón. Por países emergentes: Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía. Entonces, según el especialista, “la cabeza de los países emergentes, que es China, habría alcanzado la frontera en términos tecnológicos y productivos del primero de los países avanzados que son los Estados Unidos”.
Esos nombres son países que conviven en un sistema integrado por las tecnologías de la información y de la comunicación y que por ello hoy posee los mayores niveles de productividad e innovación de toda la historia del capitalismo. Un dato de extraordinaria importancia: “El sector transnacional de la economía China representado por la inversión extranjera directa de las transnacionales, representan hoy, ya, el 28 % del producto bruto industrial de la República Popular, y el 60 % de las exportaciones de China son obra de la empresas Transnacionales, radicadas allí, que producen allí, ensamblan allí y venden al mercado mundial y en la medida en que se avanza en la escala del valor agregado y en la complejidad tecnológica de las exportaciones, la presencia de las ETN´s de Europa, EEUU, Japón y Corea del Sur es cada vez mayor”.
Unido a ello hay “un redireccionamiento del flujo de capitales que han salido de los países emergentes hacia los Estados Unidos, para participar de la economía norteamericana, el país más castigado por este proceso fue Brasil”, con la consecuente depreciación de su moneda, el Real. Este es un síntoma de la reestructuración de la economía norteamericana. El gran país de Norte, sostuvo Castro, “vuelve ahora al primer plano de la economía mundial, sobre todo en lo que se refiere a la potencia exportadora de su industria manufacturera, vuelve al primer plano la capacidad de la industria norteamericana para competir incluso en los mercados internos de los países emergentes”.

Población mundial y demanda de alimentos

Otro dato fundamental –afirmó Jorge Castro- respecto del crecimiento de la población mundial (7100 millones hoy, más de 9000 millones en 2050) “es que el 95 % o más de este incremento de la población mundial se va a dar en los países emergentes”. Los países avanzados, sobre todo europeos, tienden a envejecer y a mostrar tasas de crecimiento decrecientes, y los emergentes tienen no sólo más población, sino más población solvente, capaz de comprar alimentos, “esto significa que en los próximos 40 años la demanda de alimentos va a crecer muy por encima del aumento de la población”.
Este es el punto de inflexión de la conferencia, ya que la soja y sus derivados y el maíz, productos usualmente utilizados para alimentar a los animales que alimentan a los chinos, que son más de 1300 millones y segurán creciendo, son, si se nos permite el término, recursos “superestratégicos”.
Recordemos que, desde 1996, el país asiático “decidió proveerse de soja y derivados desde el exterior, de esta manera quebró la política de seguridad alimentaria. En 1995 produjo 14 millones de toneladas de soja, en 2005 producía lo mismo pero consumía 60 millones, 4/5 partes de ella como insumo para la alimentación animal, no solo de ganado porcino sino como principal insumo de la alimentación de la producción industrial de peces, la denominada acuacultura. La importancia de la producción industrial ictícola la da el siguiente dato: el año pasado por primera vez en la historia, la mayor parte de la producción ictícola del mundo no provino de las capturas en los mares, sino de las plantas de producción industrial. Para la alimentación de esa producción ictícola los principales productos son soja y sus derivados, sobre todo harina de soja. Hay que advertir que la producción de soja en el mundo proviene de solo tres países: EEUU, Brasil y la Argentina”. Éstos producen el 90 % de las exportaciones globales y colocan el 60 % en el gigante asiático.

Comodities

En cuanto al estanio, el cobre, el cinq, el azúcar y el petróleo, en ninguno de los casos, China nunca consume menos del 20 % de la producción de estos comodities (materias primas). El mercado mundial de estos productos ya no depende del ciclo norteamericano, la irrupción de la demanda China es determinante. Y, como si fuera poco, “ha iniciado una transición dietaria al consumo de proteínas animales, carnes rojas y cerdo”. Y ahora también ha comenzado a consumir lácteos.
¿Dónde estamos ubicados? Somos el segundo exportador de maíz del mundo (a un promedio de 17 millones de toneladas anuales) y estamos colocados en el centro de este núcleo estratégico central de la demanda mundial de alimentos, nuestro principal destino de exportaciones agroalimentarias es China, el segundo India. Estamos inmersos en el tercer “superciclo” de la demanda de alimentos de la historia del capitalismo. Los comodities granarios (soja, maíz y trigo) ocupan un lugar especial, dependen de la capacidad de compra de los sectores medios de los países emergentes (4700 millones de personas), que como vimos va a crecer.
Por eso es perfectamente lógica la afirmación de un profundo optimismo del Doctor Castro sobre la Argentina , cuya exportación está favorecida por una cuestión demográfica, esto es, tenemos menos población que EEUU y Brasil, y nuestros empresarios colocan las exportaciones “no como saldo que queda después de satisfacer gigantescos mercado internos, sino directamente la masa de su producción”.
Optimismo de tipo estructural, no un estado de ánimo, “basado en los datos reales, en la ubicación del país en este contexto mundial que es el más favorable que ha tenido en toda su historia”.

Fuente El Colono del Oeste