Las salvajes agresiones típicas de los domingos en la madrugada, fueron parte también de este fin de semana. «Estuvimos en todos los barrios» nos confesaba a la salida del sol, ya agotado, un inspector municipal, mientras analizaba que si todo el verano va a ser así, trabajo a la policía municipal y provincial, no le va a faltar.

Para ellos, el trabajo no iba a terminar allí, todavía faltaba la tragedia de Barrio El Chelito.

A las habituales peleas callejeras a la madrugada, se le sumó este domingo a las 6 aproximadamente, otra que comenta la ciudad. Que empezó en el sur y terminó en el Barrio La Orilla.

Se cuentan en fuentes cercanas a los hechos que dos muchachos, uno del sur y otro del norte, se encontraron en la zona de calles López y Planes y Moreno, no se sabe cómo ni por qué.

Lo cierto es que comenzaron una pelea a puño limpio, hasta que uno de los dos en un momento sacó un arma blanca y atacó al otro.

Se dice que ambos estaban en ciclomotores.

Alguien del vecindario ante los gritos de los contendientes, llamó a la policía que llegó rápido y pudo intervenir para que no termine esta pelea en una tragedia o en un hecho de sangre.

Cuentan los vecinos que hubo por lo menos cuatro disparos de escopetas cargadas con proyectiles antitumulto, para tratar de evitar una tragedia.

Uno de ellos fue capturado en el lugar por los agentes del orden, pero el otro, perseguido por la policía, huyó hacia el barrio La Orilla y se amotinó en su casa.

La misma se ubica en la zona del centro de salud público del Barrio La Orilla.

Los móviles policiales llegaron hasta allí, pero al no tener orden de allanamiento, no se pudo ingresar a la casa y detenerlo.

Dicen las fuentes consultadas por cronistas de este medio que con el correr de las horas, al no ceder la policía en atraparlo y permanecer en el lugar, finalmente el díscolo decidió entregarse.

Hoy el caso es un hecho más que se investiga en la Fiscalía de nuestra ciudad. Y habrá que ver como positivo que la policía llegó a tiempo.

Fuente El Colono del Oeste