Con Chevy Rockets como banda invitada, el renovado grupo, que con su nueva formación editó el disco «Siempre», repasará los grandes éxitos de su carrera, como «La bifurcada», «Moscato, Pizza y Fainá» y «La flor más bella», pero también prevé incluir en su repertorio algunos «lados B», que seguramente sorprenderá a sus fans.

La legendaria banda Memphis la Blusera celebrará este sábado 6 de mayo, a las 21, sus 39 años de historia con un show en el ND Teatro, ubicado en Paraguay 918 de la ciudad de Buenos Aires, en donde promete «patear cabezas» y «contagiar la enfermedad» del blues a quienes asistan.

«Los viejos que nos vengan a ver se van a encontrar con un show como los de antes y los más nuevos van a quedar sorprendidos porque vamos a salir a patear cabezas. Yo les diría que se cuiden porque esto es contagioso. Les vamos a contagiar esta enfermedad que es el blues», anticipó a Télam el cantante Martín Luka.

Con Chevy Rockets como banda invitada, el renovado grupo, que con su nueva formación editó el disco «Siempre», repasará los grandes éxitos de su carrera, como «La bifurcada», «Moscato, Pizza y Fainá» y «La flor más bella», pero también prevé incluir en su repertorio algunos «lados B», que seguramente sorprenderá a sus fans.

«Nos preparamos con mucha ganas para hacer una gran fiesta. Después de todas las cosas que nos pasaron a nivel personal y como banda, cada vez que tocamos es una fiesta porque arriba del escenario se produce magia», indicó Luka.

Efectivamente, la vida de Memphis parecía terminada cuando en junio de 2012 murió el cantante Adrián Otero en un accidente automovilístico y poco después, cuando la banda intentaba rearmarse, volvió a sufrir un duro golpe con la muerte en noviembre de ese mismo año del saxofonista Emilio Villanueva.

Los viejos que nos vengan a ver se van a encontrar con un show como los de antes y los más nuevos van a quedar sorprendidos porque vamos a salir a patear cabezas”

Martín Luka

El resurgimiento de la banda que en los ’90 llevó al blues a un nivel de popularidad nunca antes visto en la Argentina se produjo de la mano del histórico bajista y co-autor de la mayoría de los éxitos del grupo Daniel «Ruso» Beiserman.

La nueva alineación incluye al tecladista Gustavo Villegas, quien había grabado «Alma bajo la lluvia», el primer disco del grupo; el guitarrista Jorge Fiasche y el saxofonista Giuseppe Puopolo, dos viejos colaboradores de la banda; el joven baterista Martín Pennisi; y la voz de Martín Luka, un fan de la primera hora.
«Memphis es una cuestión sonora. Por más que haya cambio de integrantes, se mantiene la esencia. Cuando escuchás el último disco, a las primeras tres notas te das cuenta que es Memphis. Somos hijos de 39 años de trayectoria», explicó Luka.

Formada en 1978 en el barrio de Mataderos, Memphis la Blusera ganó popularidad en el under porteño con composiciones como «Blues de las 6.30», «Lo mismo boogie» o la mencionada «Moscato, pizza y fainá», en un formato que incorporó al blues local una sesión de vientos, rol que en el show del próximo sábado estará a cargo de Miguel Angel Tallarita y Christian Diaz en trompeta, Pablo Fortuna en saxo y Martin Laurino en trombón.

Sin embargo, la gran popularidad iba a llegar en la década del ’90, coincidiendo con el boom del blues en la Argentina, con canciones como «La flor más bella» y el redescubrimiento de viejos clásicos como «La bifurcada», que ganaron espacio en los medios de difusión.

En charla con esta agencia, el cantante Luka se refirió a la difícil tarea de reemplazar al carismático Otero, analizó el furor del blues que despertó el éxito de Memphis y se refirió al presente de la banda.

Télam: ¿Cómo se aborda el trabajo en Memphis para que el resultado no sea sólo un ejercicio de nostalgia?

Martín Luka: La clave está en el sentimiento que le ponemos arriba del escenario y el sonido también se va aggiornando. Tenemos un público tan amplio que es natural que eso pase. Si vas a un show nuestro, vas a ver a pibes de 18 años bailando al lado de un tipo de 50.

T.: ¿Por qué piensa que el grupo mantiene su vigencia?

M.L.: Adrián (Otero) era un poeta, tenía una manera única de escribir. Él lograba llegar al corazón de la gente. Cuando vos te apropias de la letra de una banda por algo es. Hay letras de Memphis que me identifican en cada momento de mi vida. Memphis logró mezclar el sonido porteño en la línea pentatónica y en los tres tonos del blues. Fue la primera banda de blues que metió caños. Creo que todo eso logró que la banda pudiera meterse en el corazón de la gente. Pensá que Adrián le cantaba a los amigos, al laburante, plasmaba lo que le pasaba a la gente.

T.: ¿Cómo fue el desafío de reemplazar a Adrián Otero?

M.L.: La verdad que yo soy de la vieja guardia y no sé si me hubiera bancado otro cantante. Soy de esos fanáticos que cuando Memphis entró en la televisión, miraba de costado. Es algo muy especial. Hay muchos viejos fans que vienen a los shows, me miran de costado, pero cuando terminamos vienen y me abrazan llorando. Cuando vas a ver una banda de la que te apropiaste de sus temas y aparece un nuevo integrante, llama la atención, pero cuando se dan cuenta que ese nuevo integrantes salió de abajo del escenario, ya pasa a otro nivel. Es muy loco porque estoy tocando con gente a la que conozco desde hace muchos años. Desde arriba o desde abajo del escenario, hace 35 años que toco en Memphis. Era del grupo de los «Hell’s Angels» de la banda. Yo lo hago con mucho respeto pero sin dejar de ser yo. No estoy haciendo un karaoke.

T.: ¿Cómo analiza el presente del blues en la Argentina?

M.L.: El blues en la Argentina es un gran movimiento. Hay mucha gente haciendo blues, pero el blues es blues, ni siquiera en Estados Unidos es popular. Memphis logró algo muy especial porque popularizó el blues en el país y se convirtió en la banda más importante en el mundo de habla hispana.

T.: ¿Cree que Memphis además logró romper con la idea de que el blues es triste al imponer una vertiente más festiva?

M.L.: Está todo pensado para que la gente la pase bien, tenga momentos de nostalgia pero termine bailando. La gente piensa que el blues es triste y está equivocada. El blues es el papá del funk, el soul, el boogie y tiene mucha alegría porque los negros también celebraban el hecho de volver a sus casas y estar en las cabañas con su familia, luego de estar trabajando en las cosechas. El blues está en todos lados, es lo más natural que hay.

Fuente Agencia Télam