Hugo Moyano encabezó el acto en el que reclamó una baja del impuesto a las ganancias y la universalización de las asignaciones familiares, en una jornada de huelga general que tuvo poca adhesión en todo el país. Acusó al kirchnerismo de atacar a las organizaciones gremiales, lo que es “atacar a los trabajadores”. Y pidió a la Presidenta que no siga “con esa soberbia abrumadora”.
El líder de la central obrera CGT, Hugo Moyano, encabezó hoy un multitudinario acto en la Plaza de Mayo porteña con críticas al gobierno argentino y el reclamo de una baja del impuesto a las ganancias y la universalización de las asignaciones familiares, en una jornada de huelga general que tuvo poca adhesión.
Ante varios miles de trabajadores reunidos por los sindicatos, Moyano cargó con dureza contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, del que fue hasta hace poco tiempo un estrecho aliado, y cuestionó las críticas oficiales a la medida de fuerza gremial.
«Nada tienen que ver aquellos que dicen que son peronistas cuando atacan a las organizaciones gremiales, porque están atacando a los trabajadores», advirtió el jefe de la Confederación General del Trabajo (CGT) y líder del poderoso sindicato de camioneros.
«Pareciera que un reclamo legítimo fuera una extorsión, que un paro general fuera un golpe de Estado. “¿En qué país estamos viviendo?», alegó. «Destruir el movimiento obrero es destruir al peronismo y el peronismo jamás será destruido en este país», aseguró.
Respondió así a las declaraciones de la presidenta, quien señaló que «hay actitudes que cuesta entender desde la lógica gremial o política». «Mientras el mundo está al borde del Titanic, nosotros estamos en un bote aguantando la tormenta y los principales beneficiarios de ese proyecto están tratando de pincharlo con la lógica del escorpión», denunció Fernández de Kirchner.
«No habrá extorsión, amenaza, insulto o agravio que me aparte del camino que me he fijado», señaló la presidenta.
Moyano pidió al gobierno diálogo y «que la solución no sea impuesta, que sea compartida porque se pierde tiempo y pone mal a nuestra sociedad cuando los reclamos legítimos no tienen respuesta». «No puede seguir la presidenta con esa soberbia abrumadora», urgió.
La huelga general convocada por Moyano tuvo un dispar acatamiento. Su gremio, el de choferes de camiones, tuvo una adhesión del «cien por ciento», aseguró su líder, lo que afectó el transporte de cargas, de caudales, combustibles y de alimentos y la recolección de residuos.
También adhirieron algunos sindicatos del sector aéreo, lo que obligó a reprogramar vuelos y demorar algunas partidas, y los judiciales.
No se sumaron en cambio los gremios educativos, de sanidad, transporte público, comercio y construcción, aunque hubo excepciones según la región.
Moyano convocó a esta huelga la semana pasada, luego de un paro de actividades de los camioneros en reclamo de un alza salarial que afectó la distribución de combustibles y llevó al gobierno a denunciar penalmente al líder sindical y a su hijo Pablo, secretario adjunto del sindicato. El gobierno le aplicó además al gremio una multa millonaria por no acatar una conciliación obligatoria del Ministerio de Trabajo.
La huelga y la movilización de este miércoles fueron interpretadas por los analistas como una demostración de poder frente al gobierno kirchnerista, en el marco de las próximas elecciones internas en la CGT en las que Moyano busca la reelección.
Pese a los reclamos sindicales, la presidenta sugirió este martes que no elevaría el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, por considerar que sólo afecta al 19 por ciento de los trabajadores.
Este gravamen se aplica cada vez a mayor número de personas porque las alzas salariales otorgadas para enfrentar la inflación, que este año alcanzaría cerca del 24 por ciento según las estadísticas provinciales y privadas, no son acompañadas por un aumento del mínimo no imponible de ganancias, y entonces un mayor porcentaje de asalariados entra en la categoría afectada.
La presidenta ordenó además que el acto sindical no cuente con custodia de las fuerzas de seguridad. La CGT hizo por ello «responsable al gobierno nacional de cualquier intento que pretenda enturbiar o entorpecer el pacífico reclamo de los trabajadores».
Esta es la primera huelga general en los nueve años de gobierno kirchnerista en Argentina convocada por Moyano, hasta hace poco tiempo aliado estratégico del Poder Ejecutivo.
La presidenta pidió hoy bajar el tono de enfrentamiento. «Esto no es River-Boca, somos todos argentinos y necesitamos que gane la Argentina para que unidos y solidarios sigamos adelante».
«Necesitamos que todos los argentinos unidos, organizados y solidarios defendamos este modelo que no es de un sector sino de todos», aseguró Fernández de Kirchner.

Fuente El Litoral