La noticia conmueve a la ciudad de Esperanza y a las redes sociales. Se trata de personas, adolescentes y jóvenes vinculados a familias de clase media trabajadora.
Una adolescente de 17 años denunció ante la Fiscalía que un joven mayor de edad, la abusó sexualmente en un hecho que es todavía confuso y no tiene detenidos hasta el cierre de noticias de El Colono del Oeste de la fecha.
Lo cierto es que la víctima sufre las consecuencias de tan lamentable situación, donde aunque no se quiera ver, el alcohol y los boliches nocturnos que permiten el ingreso de menores, juegan un papel real y concreto.
Porque el comienzo de este drama da inicio allí, en la penosa consecuencia de hechos que no debieran ser y que son tomados como normales y hasta aprobados socialmente a pesar de las leyes que lo prohiben y de los controles que debieran ser.
La versión extraoficial que conoce este medio es que un grupo de seis personas, dos chicas -una menor y otra mayor- acompañados por cuatro jóvenes, tres de ellos mayores y uno menor, salieron de un centro nocturno de la ciudad. En la puerta encontraron haciendo lo propio en su automóvil a un amigo del club, al que conocían por verlo socialmente.
Entonces les pidieron que los llevaran. El conductor los acercó hasta su casa en el Barrio Norte a cuatro de ellos y dos fueron en moto.
Ya en la casa le habrían insistido para compartir una botella de vino. El dueño de casa no accedió porque era cerca de la madrugada, pero al fin cedió y salió a comprar cigarrillos.
Cuando el hombre dueño de casa volvió al parecer sólo encontró a la pareja de novios, mayores de edad, en la planta baja y al ver que la situación no era normal corrió desesperado por las escaleras hacia la planta alta donde sería su habitación, y se habría encontrado con tres sujetos que salen corriendo y a la joven en crisis de llanto y gritos.
En las primeras horas de ayer se supo extraoficialmente que hubo una denuncia hecha por la familia de la menor víctima ante la Fiscalía de Esperanza.
Total no pasa nada
Lo real y concreto que se puede contar en un caso que es complicado por la situación en que se encontraban las personas involucradas, es que hay un joven, mayor de edad, que está acusado de ser el autor de un abuso sexual con acceso carnal de la chica que se encontraba en un serio estado de indefensión, según contaron las fuentes consultadas.
Lo que se puede colegir en esta situación es que el regreso del dueño de la propiedad habría evitado que la situación sea hoy mucho peor.
Para pensar
Esto que se cuenta es lo que afirmamos en cientos de oportunidades en diferentes notas periodísticas, y se trata primero del acceso de menores a locales donde la ley lo prohibe taxativamente, de la situación lamentable en que salen cientos de jóvenes absolutamente borrachos de esos locales, con los efectos colaterales que ello significa. Este es uno.
Pareciera que el negocio del alcohol es tan poderoso que no existe solución en ningún momento de la historia.
Recientemente publicamos la carta de una mamá que fue a buscar a su hijo luego de un cumpleaños en un local bailable y se encontró a 30 adolescentes borrachos en medio de la ruta jugando con la muerte, entre los que estaba su hijo, borrachos.
Ante una situación de esta naturaleza, reducir el caso periodístico al sólo hecho delictivo y penal es recortar la gravedad de los hechos que tienen otro origen.
Cualquier persona en la sociedad sabe que el alcohol es un depresor y un liberador de conductas que en situación normal serían reprimidas.
Por otro lado, el alcohol en exceso vuelve a las personas y especialmente a las mujeres y más si son jóvenes absolutamente vulnerables. Sin embargo, pasan los años y las décadas, y las víctimas se suman en los libros de los fiscales y los jueces en todas partes de la provincia y en todo el país.
Definitivamente el alcohol y las drogas no son un problema de los jóvenes, sino un negocio de los adultos a los que poco les importa lo que suceda con la vida y el destino de los jóvenes mientras le dé dinero el alcohol bajo la conducta moral que sea.
Fuente ECDO